Grecia necesitará 50.000 millones de euros (u$s55.500 millones) en los próximos tres años, incluyendo una nueva ayuda de los europeos de 36.000 millones, para estabilizar sus finanzas, aunque apruebe el plan de los acreedores en el referéndum del domingo, dijo el jueves el FMI.
Las necesidades de financiamiento del país se han agravado por "importantes cambios políticos" en Atenas y se estiman en unos 50.000 millones de euros hasta 2018, sobre la base del crecimiento para este año, drásticamente rebajado de 2,5% a 0%, aseguró en un informe el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya publicación fue inusualmente adelantada.
Y el diagnóstico podría ser todavía más sombrío. La institución precisa que todas las últimas decisiones del país (cierre de bancos, control de capitales, default con el FMI) no han sido tomadas en cuenta en el informe y que tendrán un importante "impacto negativo".
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En pleno pulso entre Atenas y sus acreedores, la institución con sede en Washington vincula el agravamiento sustancial de los problemas presupuestarios del país a los "importantes cambios políticos" a principios de este año, en clara alusión a la llegada al poder en Atenas del partido de izquierda radical Syriza.
"Comparado con hace un año (...), ha habido una cantidad importante de insuficiencias en varias áreas", comentó un alto funcionario del FMI en condición de anonimato, que negó la intención de incidir con el informe en el referéndum del domingo próximo.
Según la institución, un déficit de 13.000 millones de euros se va a ver agravado por la reducción de los objetivos de superávit primario (excluyendo las cargas de la deuda) que Atenas ha obtenido de sus acreedores.
"Si el paquete de reformas actualmente en discusión se debilita aún más, será necesario un 'haircut' (pérdida neta, ndlr) de la deuda", pronostica además el FMI, cifrando las posibles pérdidas para los países europeos en más de 53.000 millones de euros.
Según el FMI, a la situación se suman los "vagos compromisos" de las autoridades de Atenas sobre las privatizaciones exigidas por los acreedores, ocasionando 9.000 millones de euros de déficit.
¿Cómo ser más firme?
Para tapar este agujero presupuestario, el FMI apela nuevamente a los europeos, que tendrán que convencer a sus respectivos Parlamentos y ciudadanías.
Además de los 36.000 millones de dólares en dinero fresco, los europeos deberán aliviar considerablemente la deuda de Grecia. Tendrán entonces que postergar los plazos de los pagos de Grecia "duplicando" la vigencia de sus obligaciones y el período de gracia sobre los intereses, dice el FMI.
Desde hace semanas, el Fondo Monetario Internacional trata sin éxito de obtener un compromiso formal de los europeos sobre el tema de la deuda griega.
El pasado sábado, durante una reunión del eurogrupo, la directora general del FMI, Christine Lagarde, instó a la UE a "dar un paso atrás" y abordar el problema de la deuda griega, pero se encontró con una oposición frontal, confió a la AFP una fuente cercana a las negociaciones.
La cuestión no es totalmente teórica. Para seguir prestando a un país, el FMI debe tener garantías de que su deuda es sostenible.
Y en el caso de Grecia, sólo los europeos pueden, según la institución, reestablecer algo cercano al equilibrio, pues detentan 211.000 millones de euros de deuda griega de un total de unos 280.000 millones, que equivalen a aproximadamente al 180% de su producto interno bruto (PIB).
Las tensiones sobre la deuda podrían crecer con los europeos, que, según el funcionario del FMI, tienen una estimación "más baja" de las necesidades de financiamiento del país.
"Hemos sido lo más firmes posible", declaró el alto funcionario del FMI y aseguró haber dicho claramente a los europeos que el FMI no daría ni un céntimo adicional a los griegos si no había "solución a este problema". "¿Cómo se puede ser más firme?", se preguntó.
La institución asegura, por su parte, no saber cuál será su contribución al esfuerzo para Grecia, pues está legalmente imposibilitada de entregar un nuevo préstamo al país mientras Atenas no cancele sus compromisos atrasados de 1.500 millones de euros.