Esta prueba, denominada Strong Tower (torre fuerte, en inglés) y cuyo objetivo es probar la capacidad de respuesta de todos los servicios de seguridad ante un eventual atentado, se planificó hace seis meses y no está directamente relacionada con el reciente ataque en Túnez o con una amenaza específica contra el Reino Unido.
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Según la Policía, varios lugares de la ciudad serán utilizados para esta práctica de dos días y se ha advertido a la población de que no debería alarmarse si escucha ruidos similares a explosiones.
Los ataques de este año en París y la toma de rehenes en una cafetería de Sídney han influido para llevar a cabo esta prueba, según la subcomisaria de la Policía, Maxine de Brunner.
"Londres no es ajena al terrorismo y nosotros, junto con nuestros colegas, hemos tenido que hacer frente a los trágicos sucesos de julio de 2005 (los atentados contra la capital). Dada la cambiante naturaleza de la amenaza terrorista real y los sucesos en todo el mundo, como París y Australia, necesitamos adaptar constantemente nuestros planes y prepararnos para amenazas nuevas", añadió.
Los importante, subrayó la subcomisaria, es que los distintos servicios del país estén "preparados para ser los mejores" y "entender cómo trabaja cada uno y cómo operar juntos".
Las prácticas suponen una parte vital de estos preparativos, dijo De Brunner. "El ejercicio está pensado para probar el comando, el control y la coordinación de un ataque múltiple", explicó.
Entre las prácticas figuran la evacuación de personas de determinados lugares, la atención de heridos y la persecución de los posibles autores de un eventual atentado.