El nuevo aeropuerto de Pyongyang, por inaugurarse en las próximas semanas, es la nueva joya del régimen comunista de Corea del Norte. El dictador Kim Jong-un ha querido recibir a los turistas con toda la pompa, y para ello ha invertido millones de dólares en una terminal de alto impacto. El edificio cuenta con gigantescos y elegantes ventanales, decenas de cafeterías, farmacias, tiendas de joyería y hasta una fuente de chocolate.
Sin embargo, parece que a Kim no le ha gustado lo suficiente y ha ordenado la ejecución del arquitecto a cargo del diseño, Ma Won Chun. Según el diario birtánico Daily Mirror, "Kim no se emocionó lo suficiente" durante su última recorrida por las obras del aeropuerto.
"Los defectos se produjeron en la última fase de la construcción de la Terminal 2 debido a que los diseñadores no supieron manifestar la belleza arquitectónica que preserva la identidad nacional", señaló Kim Jong-un en los medios estatales de Corea del Norte, según la cadena NKNews.
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La ejecución de Won ha sido confirmada por una cadena de noticias local, tras comprobar que el arquitecto –director de la Comisión Nacional de Defensa– no se encontraba entre los invitados a la inauguración del lugar. Los reporteros se percataron además de que el directivo se hallaba desaparecido desde 2014 y que, presuntamente, habría fallecido en noviembre de ese mismo año junto con otros cinco funcionarios de alto nivel.
El Daily Mirror dijo que Won habría sido ejecutado por sus "prácticas corruptas", es decir, que no siguió los lineamientos oficiales que recibió como encargo para el diseño del aeropuerto.