El sospechoso de haber perpetrado el viernes un atentado yihadista en el centroeste de Francia y de haber decapitado a su jefe, reconoció el asesinato, indicó el domingo una fuente cercana al caso.
Yassin Salhi, detenido el viernes en el lugar del ataque, una planta de gas industrial cerca de la ciudad de Lyon, empezó a hablar a los investigadores el sábado por la noche tras haber mantenido silencio desde su arresto.
"También dio elementos sobre las circunstancias del crimen", añadió la fuente, sin precisar cuáles.
El arrestado, de 35 años y que había sido vigilado por su cercanía con medios salafistas, ha comenzado a colaborar con los agentes tras dos días de intensos interrogatorios, indicaron las fuentes citadas por la televisión BFMTV.
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Según la edición digital del diario Le Parisien, Salhi reconoció haber decapitado a su jefe en un aparcamiento tras haberlo matado.
El sospechoso se mostró menos claro a la hora de determinar los motivos de su acto. El periódico local publicó que el terrorista aseguró atravesar "dificultades personales ligadas a su trabajo y a su familia".
BFMTV, por su parte, afirmó que Salhi confesó haber tenido una fuerte disputa con su esposa en la víspera del atentado. Su mujer y su hermana continúan arrestadas en Lyon.
En las próximas horas está previsto que el responsable del feroz ataque sea trasladado a París para proseguir su interrogatorio en los locales de la brigada antiterrorista, situados a las afueras de la capital.
El primer ministro Manuel Valls aseguró este domingo en varios medios franceses que el país vive "bajo una amenaza terrorista muy importante" y que el combate contra el yihadismo será largo.