Con un discurso desde el Parlamento griego, el primer ministro Alexis Tsipras instó este sábado a sus compatriotas a que digan un "un gran no al ultimátum" de los acreedores del país en el referéndum que el gobierno ha convocado para el 5 de julio.
En un mensaje ante los parlamentarios antes que votaran -y aprobaran por 179 votos contra 121- el proyecto de referéndum, Tsipras estimó que "el pueblo griego dirá un gran no al ultimátum pero al mismo tiempo un gran sí a la Europa de la solidaridad" y se dijo persuadido de que "al día siguiente de este orgulloso no, la fuerza de negociación del país se verá reforzada" con los acreedores de la UE y el FMI.
"Los acreedores no querían nuestra aprobación sino que nos arrodilláramos, hay que rechazarlo", dijo el primer ministro en un discurso sumamente beligerante con los socios de negociación de Grecia.
La expresión "gran no" es una referencia al "No" de las autoridades griegas al ultimátum del ejército italiano que deseaba entrar en territorio griego en 1940. Una de las fiestas nacionales griegas, el 28 de octubre, es por este motivo, conocida como "el día del no".
"En la cuna de la democracia, no pediremos la autorización al señor Dijsselbloem (el presidente del Eurogrupo) ni al señor Schaüble (ministro alemán de Finanzas)" para celebrar un referéndum, espetó el primer ministro, quien confirmó que se hará "tanto si quieren como si no".
También reprochó a los ministros de Finanzas de la zona euro que hubieran "excluido a uno de sus miembros", el titular griego Yanis Varoufakis, de una parte de los debates.
Tsipras dijo que durante los últimos meses de negociación con los acreedores de Grecia para reanudar la financiación, Atenas había hecho "un intento sincero de negociar" con el fin de llegar a "un acuerdo mutuamente beneficioso" y agotó "todas las concesiones posibles".
Para el primer ministro griego, la negativa de los interlocutores de Grecia a tener en cuenta las propuestas de Atenas traduce una voluntad de "castigar una voz diferente en Europa" y lamentó que se haya activado, tras el anuncio del referéndum "una propaganda del miedo que va a culminar el próximo domingo", día de la consulta.
Aseguró que este referéndum "no es un intento de escisión con Europa sino de escisión con las prácticas que son una afronta para Europa".
Para prosperar, la propuesta de referéndum del gobierno de izquierda radical tenía que ser aprobado por un mínimo de los 151 diputados de los 300 del parlamento.