El presidente francés, François Hollande, condenó este viernes la violencia "inaceptable" registrada durante las protestas de los taxistas en Francia contra UberPOP, el servicio de taxi de particulares, el cual, dijo, debe ser "disuelto y declarado ilegal".
Se trata de "una violencia inaceptable en una democracia, inaceptable en un país como Francia", dijo el jefe del Estado francés ante la prensa en Bruselas, saliendo al paso de una jornada de violencia y caos en varias ciudades francesas por las protestas de los taxistas contra este sistema que representa una competencia desleal.
Miles de taxistas protestaron el jueves, en ocasiones con violencia, en París y en otras ciudades para denunciar la "competencia salvaje" de UberPOP.
Bloqueos de estaciones ferroviarias y aeropuertos crearon importantes perturbaciones en el tráfico y en algunos casos se registraron enfrentamientos e incluso incendios de vehículos.
Una quincena de personas fueron detenidas en la región parisina y en Lyon (centro-este), de los cuales al menos ocho pasaron a disposición policial.
El primer ministro Manuel Valls, de visita oficial en Colombia, condenó esos actos violentos "inadmisibles" y aseguró que sus autores, "en ambos lados" serán perseguidos.
El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve ordenó al prefecto de policía de París la prohibición de las actividades de UberPop.
El director general de Uber Francia, Thibauld Simphal, anunció inmediatamente que no está de acuerdo con esa decisión y aseguró a sus afiliados que "por el momento" podían continuar con sus actividades.
Los sindicatos de taxistas consideraron insuficiente la medida gubernamental y anunciaron nuevas acciones. Los chóferes insistieron en la necesidad de "desactivar" la aplicación de transporte de particulares para celulares.
"El objetivo es ocupar el espacio, porque estamos verdaderamente hartos", declaró Karim Asnoun, del sindicato CGT. "Nos vemos obligados a pasar por esta etapa de radicalización", explicó por su parte Abdel Ghalfim del sindicato CFDT.
La rockera estadounidense Courtney Love, que había utilizado el servicio, se vio bloqueada cerca de un aeropuerto parisino y mandó un tuit en el que pedía la intervención de Hollande.
"¿Esto es Francia? Me siento más en seguridad en Bagdad", aseguró.
"Los chóferes de UberPOP están prohibidos, pero siguen estando ahí", señaló Stéphane Molla, taxista desde hace 30 años. "Nosotros tenemos todos los inconvenientes, tenemos que pagar la licencia, tenemos tarifas que nos son fijadas y la prohibición de concertar precios por períodos", explicó su colega Fabrice Moreau.
Desde hace varios meses, el grupo estadounidense de vehículos de transporte con chófer (VTC) Uber se enfrenta al Estado francés a propósito de su aplicación para teléfonos móviles UberPOP, un servicio que pone en contacto a pasajeros con conductores no profesionales que transportan a los primeros en sus automóviles personales por un precio muy bajo.
Uber reivindica 400.000 usuarios de UberPOP en Francia. Esos chóferes no profesionales no pagan ni cotizaciones sociales ni impuestos por su actividad, no están asegurados profesionalmente y carecen de la formación profesional obligatoria en el país para ser chófer.
Los sindicatos de taxistas hicieron llamamientos a la "calma" y a "no responder a las provocaciones", en momentos en que la tensión en el sector aumenta y que se registraron recientemente en distintas ciudades del país varias agresiones a clientes o conductores de UberPOP.
Pero respecto a los choques que salpicaron las manifestaciones del jueves, negaron que los taxistas tuvieran la responsabilidad exclusiva de los mismos.
"Es la culpa del gobierno, que hace oídos sordos desde hace meses" cuando la profesión "agoniza", declaró Nordine Dahmane del sindicato FO.
El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, había recordado el martes que UberPOP está en "situación de ilegalidad absoluta", y la fiscalía de París prometió "aumentar el nivel de la respuesta penal, en particular respecto a los recidivistas".
Uber es objeto desde 2014 de una investigación judicial preliminar en Francia por su actividad de poner en relación a clientes con conductores no profesionales.
La empresa norteamericana tiene prohibida la actividad en Alemania y es objeto de procedimientos judiciales también en Holanda y España.