El grupo Estado Islámico (ISIS) acabó en los últimos días con dos antiguos mausoleos islámicos en la ciudad de Palmira (ubicada en el desierto sirio), que cayó en manos de los yihadistas hace un mes, según indicó el gobierno de Damasco.
El primero de los hechos se produjo hace tres días cuando los terroristas hicieron estallar el mausoleo de Mohammad Ben Ali, un descendiente de la familia del primo del profeta Ali Ben Abi Taleb, reveló el director de antigüedades sirias Maamun Abdel Karim. Este mausoleo se encontraba situado en una zona montañosa, a cuatro kilómetros al norte de la ciudad.
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El ISIS publicó fotografías que muestran a dos hombres llevando fusiles y bombonas, probablemente llenas de explosivos, hacia la colina donde se encuentran las ruinas.
Según el director de antigüedades, el Estado Islámico también hizo volar un mausoleo en Chkaf de más de 500 años de antigüedad conocido con el nombre de Nizar Abu Bahaedin, un religioso de Palmira. Este monumento se hallaba en el oasis de la ciudad, a 500 metros del Arco de Triunfo.
Los extremistas ya han destruido más de 50 mausoleos de entre 100 y 200 años de antigüedad en las regiones que controlan desde hace un año en el norte y el este de Siria, según Abdel Karim. "Consideran que los mausoleos islámicos van contra sus creencias y prohíben cualquier visita al lugar", explicó.
No respetan ni a los muertos
El director de antigüedades indicó además que hace 10 días los yihadistas destruyeron varias tumbas de habitantes de Palmira. "Todas las tumbas de mármol con adornadas fueron destruidas. Para ellos, las sepulturas no pueden ser visibles", indicó.
El wahhabismo, una versión rigorista del islam sunita, prohíbe formalmente la visita de sitios arqueológicos, religiosos o históricos, porque la considera una idolatría.
El ISIS colocó recientemente
en las ruinas de la ciudad antigua de Palmira, lo que hace temer la destrucción de estas ruinas consideradas
de la