Santa Fe: son más los votos que deben ser revisados que la diferencia entre los candidatos

Con el 95,45% de las mesas escrutadas, los socialistas le sacan 2.128 votos de ventaja al PRO, pero faltan contabilizar unos 60.000 y hay otros 2.463 que deben ser evaluados en el recuento definitivo

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 Télam 162
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El escrutinio provisorio de las elecciones a gobernador santafesino comenzó el lunes con una diferencia de apenas 0,11% entre el socialista Miguel Lifschitz y el macrista Miguel Del Sel. Aunque ambos salieron anoche a adjudicarse la victoria, todavía es pronto para dar por cerrada la elección. Habrá que esperar hasta el escrutinio definitivo para saber quién es el nuevo mandatario provincial.

Con el 95,45% de las mesas escrutadas, Lifschitz le saca a Del Sel una diferencia de apenas 2.128 sufragios, un número insuficiente para adjudicarle con certeza una victoria. Un dato alcanza para que ninguno de los dos pueda proclamarse ganador: el 4,55% que resta ser revisado equivale a más de 60.000 votos.

A esa cifra hay que agregarle además que, según la web oficial del recuento provisorio, hay 2.463 votos que deberán ser definidos en el recuento definitivo por algún tipo de error en el trámite de conteo. "Son las diferencias, en alguna categoría particular, donde la sumatoria del telegrama no coincide con el total de votantes de la mesa", informa el sitio web oficial. La diferencia representa el 0,13% de los votos escrutados. Suficiente para revertir la mínima ventaja que a esta hora tiene el socialismo.

Incluso habrá que ver qué sucede con los 58.558 votos que fueron anulados. Cuando son clasificados en esa categoría, generalmente no quedan dudas: una feta de jamón, algún tipo de broma o un mensaje que nada tiene que ver con la elección hacen que el sufragio sea anulado. Pero, si se toma en cuenta que representan el 3,11% del total, es de esperar que cada uno sea revisado.

Dada la ínfima distancia que existe entre uno y otro, los 213 votos recurridos en toda la provincia también pasan a ganar importancia. En unos comicios normales, ese 0,01% no tendría importancia. Pero en este caso, cada voto vale su peso en oro.

El domingo a la noche, el primero en salir a adjudicarse la victoria fue el socialista Miguel Lisfchitz, quien subió al escenario junto al actual gobernador Antonio Bonfatti y la intendenta de Rosario, Mónica Fein, para adjudicarse el triunfo en base a su sistema de mesas testigo. Cuando lo hizo, el escrutinio provisorio todavía daba en ventaja a su rival.

Veinte minutos más tarde Del Sel habló en su propia sede de campaña para pedir tranquilidad y asegurar que, según sus números, era el PRO el que estaba en ventaja. Una hora después, el propio Mauricio Macri informó que, según sus propias mesas testigo, tenían una ventaja de 0,07 puntos porcentuales.

Un tercero apareció en medio de la discordia. Con apenas 1,44% de diferencia con el primero, el kirchnerista Omar Perotti salió a pedir prudencia y esperar el recuento definitivo. Poco más de 26.000 votos lo separan del socialista Lifschitz.

Así las cosas, habrá que esperar hasta que la última boleta sea revisada. El cuarto distrito con más votos del país aguarda para saber quién será su gobernador los próximos cuatro años.

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