El presidente Vladimir Putin llegó a Italia apenas dos días después de las nuevas amenazas de sanciones reforzadas por parte de los países del G7, que acusan a Rusia de apoyar y armar a los rebeldes prorrusos del este de Ucrania.
En su audiencia con el papa Francisco, el Sumo Pontífice le pidió a Putin que "haga un esfuerzo importante y sincero" para lograr la paz en Ucrania y lo invitó a "respetar" los acuerdos de Minsk, este miércoles en el Vaticano, según indicó en un comunicado la Santa Sede.
"El Santo Padre le dijo que hay que comprometerse con un esfuerzo importante y sincero para obtener la paz. Los dos reconocieron (...) también que las partes se deben comprometer con los acuerdos de Minsk" para lograr la pacificación de Ucrania, informó en una nota oficial el Vaticano.
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En Ucrania, los rebeldes separatistas prorrusos son, en su mayoría, ortodoxos obedientes al patriarcado de Moscú. Por su lado, las fuerzas leales a Kiev tienen entre sus filas a ortodoxos y a fieles grecocatólicos bajo la autoridad de Roma.
El Vaticano ha mantenido una actitud muy prudente en este conflicto, lo que le ha valido aceradas críticas de los católicos en Kiev por no haber condenado de forma abierta la política rusa en Ucrania.
El Vaticano mantiene, hace décadas, un diálogo con el patriarcado ruso que considera de una importancia capital. El acercamiento entre ambas Iglesias ha sido tal que se llegó a plantear una visita del papa Francisco a Moscú.
Italia es uno de los países firmantes del comunicado publicado el lunes pasado en el que los países del G7 aseguraron estar "dispuestos a tomar medidas restrictivas adicionales para que Rusia sufra más consecuencias si sus acciones lo hacen necesario".
Los siete jefes de Estado o de Gobierno condicionaron la duración de las sanciones contra Rusia a la "puesta en marcha integral de los acuerdos de Minsk" de febrero pasado para el alto el fuego en Donetsk y Lugansk, y el "respeto de la soberanía" de Kiev.