Los turcos votarán este domingo en unas elecciones legislativas determinantes para el futuro del presidente islamista conservador Recep Tayyip Erdogan, que espera una amplia victoria de su partido para reforzar su poder cada vez más criticado en el país.
Cerca de 54 millones de electores están convocados a las urnas de las 08H00 a las 17H00 locales (05H00 a 14H00 GMT), después de una tensa campaña electoral y de un atentado con bomba que provocó el viernes dos muertos y más de un centenar de heridos durante un mitin del principal partido kurdo en su feudo de Diyarbakir (sureste).
Los resultados se conocerán esta misma noche y deberían dar una nueva victoria al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que ha ganado todos los comicios desde hace 13 años.
Pero la amplitud del triunfo es crucial para Erdogan, que se lo juega todo en estas elecciones.
Después de 11 años como primer ministro, fue elegido jefe de Estado en agosto pasado y devolvió -sobre el papel- las llaves del ejecutivo y del partido a su sucesor, el ex ministro de Relaciones Exteriores Ahmet Davutoglu. Pero, decidido a mantener las riendas del país, milita desde entonces por una presidencialización del régimen y un fortalecimiento de sus poderes.
A pesar de las críticas, el jefe de Estado hizo abiertamente campaña por "su" reforma y su partido, en contra de la Constitución que le impone un estricto deber de neutralidad.
El sábado, víspera de las elecciones, Erdogan volvió a defender en Ardahan (este) sus convicciones y criticó duramente a la oposición que, según dijo, "busca frenar a la Nueva Turquía en marcha".
Para lograr su objetivo, Erdogan necesita una amplia victoria electoral. Si el AKP consigue los dos tercios (367) de los 550 escaños de diputados, podrá votar en solitario la reforma constitucional para reforzar los poderes del jefe del Estado. Si sólo obtiene 330 diputados, podrá someterla a referéndum. Sino, sus ambiciones se verán frustradas.
"El resultado de esta votación fijará probablemente las reglas de la vida política turca para los años venideros", comentó el politólogo Sinan Ulgen, del Centro de Estudios de Asuntos Económicos y Diplomáticos (Edam) de Estambul.
Aunque hay que tomarlos con prudencia, los sondeos sugieren que Erdogan podría perder su apuesta.
"Espero que esta vez sea la buena y podamos librarnos de 'Tayyip' y su banda", declaró a la AFP Ergin Dilek, un ingeniero de 42 años que votó a primera hora con su esposa en el barrio residencial de Yildiz, en Ankara, que vota tradicionalmente por la oposición.
Aunque sigue siendo muy popular, el AKP ha perdido apoyos debido a la desaceleración de la economía y a las críticas por su actitud cada vez más autoritaria.
Los últimos sondeos otorgan al partido de Erdogan entre un 40% y un 42% de intención de voto, un retroceso en relación al 49,9% logrado en las legislativas de 2011.
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Si obtuviera más del 10% de los votos, el mínimo requerido para entrar en el Parlamento, el HDP lograría medio centenar de escaños y privaría al AKP de la mayoría deseada.
"Si el HDP entra en el parlamento, cambia radicalmente el juego", resume Marc Pierini, ex embajador de la Unión Europea en Ankara y hoy analista en la Fundación Carnegie Europa.
De izquierda, moderno y preocupado por las minorías, el partido kurdo está liderado por un cuarentón carismático, Selahattin Demirtas, que espera aprovechar su rol clave en estas elecciones para ampliar su público tradicional.
"No soy de origen kurdo pero he decidido votar al HDP para que el AKP tenga menos escaños", dijo a la AFP Ilker Sorgun, un elector de Ankara.
Los otros dos grandes partidos de oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) y el Partido de Acción Nacional (MHP, derecha) denunciaron durante la campaña la voluntad de Erdogan de instituir una "dictadura constitucional" y esperan privar también al AKP de su mayoría absoluta.