Nasrallah hizo la amenaza en un mensaje televisado, después de que un alto mando militar israelí advirtiera que el Estado hebreo podría lanzar ataques selectivos en Líbano en busca de terroristas de Hezbollah.
En mayo pasado, un oficial de la Armada israelí dijo que las ciudades del sur del Líbano son"blanco militar", ya que allí están almacenados los misiles de Hezbollah. "Cada ciudad es un posible blanco. En la próxima guerra se atacarán esos blancos y esperamos que no hayan civiles", declaró.
"La resistencia islámica desplazará a millones de israelíes", redobló la apuesta el terrorista. "No tenemos miedo a su guerra", aseguró el jefe del grupo armado chiíta libanés. Y agregó: "Si piensan que estamos ocupados en Siria, están equivocados, porque nada cambia el modo como tratamos a nuestro enemigo".
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El terrorista hizo la aclaración porque hace más de dos años que sus milicianos apoyan a la dictadura de Bashar al Assad. El presidente sirio pertenece a la secta alawita, una rama de los musulmanes chiítas de la que forma parte Hezbollah. El grupo, financiado por el también chiíta régimen de Irán, respalda con hombres y armas a Damasco.
El grupo terrorista enfrentó a Israel en el verano boreal de 2006. Los combates dejaron numerosas víctimas de ambos bandos.
Nasrallah también habló de su postura en el caos interno del Líbano. Afirmó que sus combatientes no quieren entrar en la localidad de Arsal, en el noreste, donde la situación se deterioró en agosto pasado tras combates entre el ejército y grupos yihadistas. "No planeamos entrar en la ciudad que está ocupada por los yihadistas, ya que esa misión corresponde al Estado y al Ejército", subrayó, desmintiendo las informaciones sobre esa posibilidad.
La situación de seguridad en el Líbano se ha deteriorado desde el inicio del conflicto en Siria, en marzo de 2011, sobre todo en el norte y noreste del país.