En diciembre de este año se cumplirán 20 años de la una guerra no declarada entre Argentina y Brasil por el comercio automotor que ha tenido varios sobresaltos. Lo que se solucionó en parte por medio del Mercosur, con una Política Automotriz Común (PAC), tal vez pueda estallar en mil pedazos si Brasil, Uruguay y Paraguay acuerdan en el futuro inmediato un tratado de libre comercio con la Unión Europea (UE) al que la Argentina hoy no adhiere por su política proteccionista.
El tema preocupa al Gobierno, por lo que el secretario de Comercio Augusto Costa mantendrá a partir del lunes encuentros con cada una de las terminales automotrices para analizar la evolución de producción, ventas, precios y también de su comercio bilateral con Brasil. La caída en la producción de las terminales argentinas nucleadas en ADEFA y de las brasileñas que componen ANFAVEA es un signo de preocupación de ambos gobiernos que muestran economías estancadas.
El trunco final que tuvo la reunión de hace una semana en el Palacio de Hacienda entre los ministros Axel Kicillof, Héctor Timerman y Débora Giorgi con sus pares brasileños Armando Monteiro Neto y Mauro Viera, muestra que las relaciones entre ambos países no están bien. Los funcionarios llegaron a la Argentina para cerrar una prórroga del acuerdo automotriz que vence el próximo 31 de junio, pero no pudieron lograrlo. La Argentina redobló la apuesta y pidió una reducción del contenido regional de los vehículos exportados por los países. Ninguna de las dos delegaciones especificó cuándo y dónde se realizarán las próximas reuniones.
Hasta ese encuentro, ambos países estaban de acuerdo en renovar la PAC, el esquema que regula el intercambio comercial de autos. Este le permite a la Argentina vender un millón de unidades por año a Brasil sin impuestos y a la vez fija una cuota de importación desde ese mercado. El acuerdo se prorrogo por un año en junio de 2014. Argentina y Brasil firmaron dos acuerdos para el sector automotor. Se comprometieron a preservar un mínimo del 11% del mercado brasileño para autos argentinos, y del 44,3% del mercado local para los productos de Brasil. También se dispuso un término del intercambio que en la jerga técnica se denomina Flex de 1,5 que implica que por cada millón de dólares que Argentina exporta a Brasil, el vecino país puede vender a la plaza local productos por 1,5 millón de dólares. Pero Brasil negocia además una cuota de 450 mil unidades anuales de períodos anteriores que no logró cubrir.
Brasil quiere libre comercio con Europa, mientras que Argentina prioriza a China
Kicillof sostiene que "siempre desde el Gobierno está la voluntad de colaborar y aparece la medida concreta, pero no siempre la solución, porque un problema como es el sector automotor, de los autos que se producen en Argentina, el 60% va a Brasil. Es decir, si un día los brasileños consumen cero auto, el 60% de nuestra industria está parada y como cayeron un 25% los patentamientos de Brasil y en particular, más cayeron unos modelos argentinos, esto no es culpa de la Argentina". Al parecer los funcionarios argentinos no se niegan a firmar la extensión del acuerdo, pero proponen no solo reducción de componentes importados sino una reducción arancelaria sobre el 97% de los productos del acuerdo.
Esta visión se acerca con la de los economistas brasileños que analizan que Argentina priorizó a China y por ese motivo Brasil podría apurar las negociaciones con la Unión Europea (UE) en los próximos días para asociarse en una zona de libre comercio similar al NAFTA que integran Estados Unidos, Canadá y México. También preocupa a las autoridades argentinas la reunión del próximo miércoles en Bruselas entre la CELAC y la UE, a la que la presidente Cristina Kirchner, de gira por Europa, no asistirá por temor a una nueva embestida de los holdouts. Sí concurrirá la presidente de Brasil, Dilma Rousseff. No está por ahora confirmada en la agenda la presencia de Axel Kicillof o de algún otro funcionario en esa cumbre.
Un tratado con la Unión Europea
En esta cumbre se podrían comenzar a adelantar las negociaciones de un Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la UE que a la Argentina no le interesa, en virtud de su actual esquema proteccionista de comercio exterior que frena importaciones para cerrar los números de la balanza comercial. El presidente de Uruguay Tabaré Vázquez ha manifestado recientemente que "el Mercosur se tiene que adaptar a la nuevas circunstancias de la economía mundial y nuestra prioridad es llegar este año a un acuerdo con la UE". El rumor, según algunas fuentes del mercado local con las que se comunicó Infobae, es que el gobierno brasileño propondría que Brasil, Uruguay y Paraguay acuerden por su parte con Europa unilateralmente. En este caso el Mercosur podria tranformarse en una zona de libre comercio en lugar de la actual unión aduanera con un arancel externo común del 35% para los productos extrazona.
"El actual momento económico que vive Brasil, con una caída del PBI en el primer trimestre el año, y el estancamiento de la economía argentina, muestra que la relación entre ambos países esta en un punto critico", manifestó a Infobae el economista Dante Sica, titular de la consultora Abeceb.com.
"La Argentina tuvo en el 2013 un déficit comercial de 1.500 millones de dólares por la venta de autos terminados y de autopartes, y este déficit se transformo en el 2014 en un superávit de 456 millones de dólares. Las trabas para-arancelarias que le impuso el gobierno argentino a las importaciones brasileñas fueron el detonante y eso se sumó que el Gobierno no le autorizaba a las automotrices los dólares necesarios para pagar esas importaciones. En particular la autorización de la DJAI (Declaraciones Juradas de Autorización de Importaciones) y este es uno de los puntos de la discusión", describió Sica.
Por otra parte se observa que el Dilma Rousseff empieza a atender los principales reclamos de los intereses industriales centrados en la FIESP (Federación de Industrias de San Pablo), donde hay quejas por las trabas impuestas por la Argentina a sus exportaciones. Pero, por el momento, la continuidad del acuerdo no está resuelta.