"Es muy difícil para algunos digerir que un país árabe islámico celebre este torneo, como si no estuviera bien que lo hiciera un Estado árabe". El ministro de Relaciones Exteriores, Khaled al Attiyah, defendió la organización del Mundial Qatar 2022 en una entrevista exclusiva con la agencia Reuters, en París, después de la dimisión de Joseph Blatter a la presidencia de la FIFA.
Qatar cree que "por los prejuicios y el racismo hay una agresiva campaña de ataques" para quitarle la sede del torneo y considera injusta la acusación de amaños en la votación que ganó y las denuncias por abuso a los inmigrantes que trabajan en la construcción de los estadios.
"De ninguna manera le quitarán la organización a Qatar. Confiamos en los procedimientos y merecemos ganar porque presentamos el mejor proyecto", señaló Al Attiyah en medio del temor por la investigación de la FBI sobre posibles irregularidades.
Los comentarios de al Attiyah reflejaron el clima de hartazgo y desafío existente en Doha, donde consideran que Qatar está siendo utilizado como chivo expiatorio tras la renuncia de Blatter.
Hassan Homoud, un qatarí de la ciudad de Wakra, dijo en su cuenta de Twitter que hasta que se celebre el torneo en 2022 "van a existir ataques permanentes desde Occidente basados en cuestiones raciales, con la ayuda de algunos de sus peones árabes. La dimisión de Blatter no va a ser el último capítulo".
"Están siendo racistas en todos los sentidos de la palabra", sentenció Majid Khulaifi, editor del periódico Estad al-Doha, en su cuenta de Twitter, en medio de fuertes críticas contra el país islámico.
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