El régimen del presidente iraní Hassan Rohani sigue en el ojo de la tormenta por las numerosas violaciones a los derechos humanos que se ejercen en su país. Según organizaciones de las Naciones Unidas y de Derechos Humanos, Irán tiene la tasa más alta de ejecuciones per cápita del mundo.
Sumado a esto, la situación de los derechos humanos presenta mes a mes un claro deterioro, de acuerdo a lo revelado por el Parlamento Europeo.
Reporteros Sin Fronteras reveló que el régimen clerical es el principal carcelero de periodistas femeninas, mientras que Freedom House consideró a Irán como el peor país de 2014 en lo que a libertad de internet respecta.
El país persa cuenta con un importante número de presos políticos. Entre ellos se destacan personas que pertenecen a las minorías étnicas y religiosas. En general, la sentencia final para ellos es la ejecución.
Uno de los casos más recientes es el de un hombre que dio una contribución financiera a la estación de televisión que soporta al PMOI, el principal bloque opositor.
También hay una intensa persecución contra las mujeres y las niñas. Uno de los casos que más se repite es el "mal uso del velo", que es castigado con ataques de ácido.
Las medidas represivas contra los disidentes iraníes, por su parte, siguen en aumento. Hasta el momento desde Teherán llegaron al Campamento de Libertad de Bagdad, en Irak, órdenes para asesinar a más de 130 disidentes.
El régimen de Rohani es criticado por sus enemigos regionales por interferir en los conflictos de Medio Oriente. Para muchos Irán se encuentra en el corazón de la crisis de la región y no en el proceso de solución.
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Amnistía Internacional ha revelado detalles sobre las atrocidades que llevan a cabo las milicias chiítas –afiliadas a Teherán- en la guerra iraquí. Asimismo, el régimen clerical amplió su dominio regional a partir de su intervención en la guerra de Yemen.
Otro punto de conflicto con la República Islámica es su estrecha defensa a la dictadura del presidente sirio Bashar Al Assad, y su influencia sobre las fuerzas Qods y el grupo terrorista libanés Hezbollah.
Maryam Rajavi, líder de la oposición iraní, en tanto, insta a la construcción de un país diferente. Aboga por una república pluralista democrática basada en el sufragio universal, por la libertad de expresión, la abolición de la tortura y la pena de muerte, y por la separación de la Iglesia y el Estado. También propone un país lejos de sus ambiciones nucleares, que respete la igualdad de género y el compromiso con la declaración universal de los Derechos Humanos.