Los niños representan una tentación para los terroristas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Tanto es así que cientos de ellos son incorporados en sus filas para combatir en su propio califato. Las edades van desde los 13 años, e incluso antes. El lavado de cabeza comienza desde edad muy temprana.
La cadena BBC de Londres difundió hace horas un video en el cual puede observarse la tortura a la que someten a Ahmed, un niño sirio de tan solo 14 años, que sucedió en la ciudad de Raqqa. Al pequeño lo tienen colgando de las muñecas, con los pies en el aire, y es sometido a reiterados golpes y latigazos.
La tortura fue grabada por un desertor del grupo yihadista, quien utilizó su teléfono celular para ilustrar lo que pasaba dentro de la banda islámica. Sus fines -en un principio- eran propagandísticos. Aunque después cambió de opinión. Ahmed está con los ojos vendados, colgado, mientras dos hombres enmascarados lo amenazan. En las imágenes puede verse que los terroristas portan armas, cuchillos y hasta un fusil AK-47.
Ahmed sobrevivió a la tortura y hoy vive en Turquía, cuyas fronteras permeables permiten la entrada y salida tanto de refugiados como de extremistas. "Pensaba en mis padres. En mi mamá. Pensaba que moriría y dejaría a mis padres, mis amigos, mis parientes... todo atrás", recuerda ahora el pequeño en la entrevista con BBC.
"Comenzaron a azotarme, a electrocutarme para que confesara. Les dije todo", revela el niño. Ahmed estaba acusado de colocar una bomba en un lugar frecuentado por los terroristas de ISIS. Dos hombres le habían pedido que pusiera una maleta en ese espacio. El niño obedeció. "Cuando me electrocutaban gritaba llamando a mi mamá. Pero tan pronto como lo hacía, subían más el voltaje. 'No metas a tu madre en esto', me decían", dijo y añadió: "Ellos pretenden ser religiosos, pero no lo son. Son infieles. Suelen fumar. Ellos pretenden estar reforzando las reglas del islam, pero no. Ellos golpean y matan gente".
Ahmed fue sentenciado a morir en su lugar de cautiverio, pero su verdugo se apiadó y resolvió dejarlo escapar. "Es raro que pueda dormir. Al principio, cuando llegué a Turquía solía tener pesadillas todo el tiempo. Seguí un tratamiento, pero no podía dormir. Solía soñar sobre eso todo el tiempo". "Eso" son las torturas a las que fue sometido el pequeño de 14 años.