Días atrás, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) -un órgano dependiente de la OEA- publicó su informe anual acerca de la situación de la libertad de expresión en las Américas. El documento realiza un análisis pormenorizado del escenario en 29 países y presenta un panorama bastante heterogéneo, aunque en muchos casos desolador.
En efecto, América Latina es "una de las más mortíferas y complicadas para ejercer el periodismo", asegura el relator especial para la libertad de expresión de la CIDH, Edison Lanza. "México fue el país donde hubo mayor cantidad de periodistas asesinados en 2014", dijo en diálogo con Infobae.
Lanza criticó que en Cuba "toda la información esté controlada por el Estado" y el "hostigamiento" hacia comunicadores y políticos en Venezuela que, por el hecho de expresarse, "son motivo de escarnio por parte de autoridades públicas".
-América Latina es una región bastante heterogénea. ¿Cómo está la situación en materia de libertad de expresión?
Estamos registrando un recrudecimiento de los hechos de violencia extremos contra periodistas. La peor forma de censura es eliminar una voz que informa, una voz crítica que tiene un papel fundamental para las comunidades y para la democracia. Lamentablemente, durante 2014 tuvimos que lamentar 25 asesinatos de periodistas en la región, además de 400 agresiones significativas –amenazas a la vida, a la integridad física, hostigamientos- en las Américas. México fue el país donde hubo una mayor cantidad de periodistas asesinados, con ocho homicidios. La situación también es complicada en Brasil, Paraguay, Colombia, Honduras y Guatemala. La falta de investigación, esclarecimiento y sanción de estos casos, lo que reproduce un círculo de impunidad en cuanto al ataque a periodistas y comunicadores, que lleva a que esta sea una de las regiones más mortíferas y complicadas para ejercer la profesión.
-¿Cuál fue la respuesta de los Estados frente a esta situación?
El Estado ha reaccionado en forma desmedida en cuanto a la represión de la protesta social pacífica en muchos países como México, Brasil, Venezuela y Estados Unidos, afectando a periodistas, comunicadores, fotógrafos. En muchos países de la región hay una vuelta al uso del derecho penal para sancionar y perseguir a comunicadores y periodistas que hacen uso de la libertad de expresión para informar sobre hechos de interés público, algo que la propia CIDH hace muchos años ha dicho que en un sistema democrático es desproporcionado, desmedido e innecesario para dirimir posibles conflictos entre libertad de expresión y derecho al honor. Tenemos que lamentar condenas por difamación, injurias y desacato en distintos países: Honduras, Venezuela, Ecuador, Guatemala se presentaron muchos juicios.
-Durante los últimos años muchos países sancionaron diversas leyes de comunicación. ¿Qué implicancias tuvieron?
En algunos países se aplicaron leyes abiertas y desmedidas para intervenir en contenidos. Esto está pasando fuertemente en Ecuador, donde se aplicó la ley orgánica de comunicación, que ya había sido advertida sobre figuras perjudiciales para la libertad de expresión por permitir a un órgano de supervisión y control que no carece de independencia controlar a los medios e imponer información o sanciones desmedidas por el ejercicio legítimo de la libertad de expresión. Se les impone a los medios informar determinado tema porque es de interés para el gobierno. También se sancionó a un humorista por hacer una viñeta que, en cualquier otro país de la región, forma parte de la sátira y del debate democrático
-¿Y en otros países?
Hay algunos avances en materia de acceso a la información pública. Paraguay, México, Uruguay y Brasil aprobaron leyes de acceso a la información pública y de neutralidad de la red y privacidad en internet que apuestan a la diversidad y el pluralismo. Respecto a la Argentina, abrimos un signo de interrogación respecto de la implementación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Es positivo que la ley no se entrometa en contenidos, como sí ocurre en otros países. Debe haber normas legales que controlen la concentración de medios y generen un ambiente de diversidad y pluralismo. Pero está por verse cómo se implementa.
"México fue el país de la región con mayor cantidad de periodistas asesinados"
-Venezuela suele ser reprendida por los organismos internacionales por el cierre de medios y amedrentamientos sobre periodistas. ¿Qué ocurrió en 2014?
En Venezuela hay una situación vinculada al uso del derecho penal, a la estigmatización a través del hostigamiento y el señalamiento de comunicadores y políticos que, por el hecho de expresarse, son motivo de escarnio por parte de autoridades públicas. La represión de manifestaciones culminaron con muchos periodistas detenidos y, sus materiales, confiscados o rotos. La bajada de contenidos periodísticos de la grilla de canales de televisión, o el filtrado de contenidos de internet nos preocupa y, durante los primeros meses de 2015, la situación está igual o más complicada aún.
-¿Y en Cuba?
En Cuba hay falta de garantías para el ejercicio de la libertad de expresión, falta absoluta de diversidad, ya que toda la información es controlada por el Estado, sobre todo hacia adentro. Hay también una gran cantidad de detenciones breves por el hecho de manifestarse y ocupar el espacio público o de informar. Sin embargo, hay un incipiente desarrollo del periodismo independiente en la isla, pero que está básicamente permitido hacia afuera en formato digital, y no hacia los cubanos, que deben ser los que deben disponer de información para generar progresivamente una democracia plena. Hemos registrado miles de detenciones a activistas, a quienes luego se libera. En términos estructurales, en 2014 la situación no había cambiado en Cuba.
El informe anual completo de la CIDH sobre la libertad de expresión en 2014
-En la Argentina, el gobierno y la oposición discuten acerca de la existencia o no de la libertad de prensa. ¿Qué opina la CIDH?
Tenemos una preocupación especial por un aumento de la violencia contra periodistas. Los discursos estigmatizantes son un problema, pero también documentamos una gran cantidad de amenazas y agresiones vinculadas al crimen organizado, a los poderes locales, a la corrupción y al narcotráfico. Hay fenómenos de violencia que, en otras oportunidades, en Argentina eran menos frecuentes y que, en nuestro continente, se convirtieron en un problema que ha derivado en el asesinato de periodistas y comunicadores. Y eso se está convirtieron en un tema estructural. Si bien en Argentina se disfruta de la libertad de opinión, de la posibilidad de divulgar ideas y de tener un debate público muy robusto, la situación de polarización no le hace bien al ambiente que hay que tener en una democracia para tener un debate público sólido. Y eso parte algunas veces del discurso de funcionarios, y otras de una exageración de actores privados y de la oposición. Otra de las reformas estructurales que la Argentina debería abordar tiene que ver con la publicidad oficial. Tanto a nivel nacional como provincial, hay una asignación discrecional según las líneas editoriales de los medios.
-¿Cómo ubicaría a la Argentina en relación al resto de los países de la región?
La Argentina ha quedado rezagada respecto a los países del Cono Sur en la adopción de reformas estructurales para fortalecer la libertad de expresión y el derecho a la información. Argentina todavía no tiene una ley de acceso a la información pública. Registramos varias sentencias del Poder Judicial ordenando la apertura y entrega de información. Son fallos positivos que resguardan un derecho, pero que nos recuerdan que falta una ley que provea un acceso a la información fácil, fluido y expedito como requieren los estándares internacionales. Argentina siempre estuvo a la vanguardia, pero en los últimos años ha dejado de estarlo. Tiene la imperiosa necesidad de que se adopte un clima sano y respetuoso del debate público. Esperamos que en los próximos tiempos la Argentina vuelva a estar cerca del nivel óptimo para el ejercicio de la libertad de expresión.
-En perspectiva histórica, ¿cómo ha sido la evolución de Argentina?
Como todos los países de la región,
, en pocas manos y con privilegios a ciertos grupos.
y combatieron la diversidad. Argentina, Uruguay y Chile venían construyendo un sistema apto para el ejercicio profesional. En los últimos 20 años, algunos debates que la Argentina había enfrentado muy vigorosamente se quedaron trancados en la polarización.
. Hay que retomar el diálogo para construir garantías a fin de que la libertad de expresión no se constituya en un campo de batalla. Debe haber garantías para que los medios públicos sean diversos y plurales, para que la autoridad de aplicación de la ley de medios sea independiente del poder político y económico. En un año electoral, sería bueno que los candidatos se refirieran a esta agenda.