El escándalo de corrupción que descubrió esta mañana la Justicia de los Estados Unidos tiene a un gran número de latinoamericanos envueltos en la trama. Brasileños, argentinos, paraguayos, uruguayos, entre otros, formaron parte de un entramado que mezcla cientos de millones de dólares, extorsión, derechos de televisación, fraude electrónico y lavado de dinero.
Entre ellos hay tres brasileños que resultan claves en la investigación llevada adelante por la fiscalía norteamericana: José Maria Marin, ex presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y los empresarios J. Hawilla y José Lázaro Margulies.
Marin, de 83 años, es un viejo conocido del fútbol brasileño por su trabajo como ex presidente de la CBF. Fue en 2012 cuando se hizo cargo de esa oficina clave del fútbol mundial para terminar el mandato de Ricardo Teixeira, el histórico dirigente brasileño. Es el único brasileño que hasta el momento fue detenido por Interpol en Zúrich. Fue futbolista, abogado y político. Entre 1982 y 1982 fue gobernador del Estado de San Pablo.
Hawilla, en cambio, es el dueño de la empresa Traffic, una de las gigantes mundiales del marketing deportivo. Los contratos que firmó con clubes y canales de televisión en las últimas décadas fueron multimillonarios. El 12 de diciembre, Hawilla se declaró culpable de extorsión, fraude electrónico, lavado de dinero y obstrucción de la Justicia, y acordó pagar una multa de 151 millones de dólares. Hace poco más de diez días, el 14 de mayo pasado, otras dos filiales de Traffic se declararon culpables de conspiración para fraude.
En tanto, el otro brasileño implicado, el empresario Margulies es el dueño de empresas de transmisión de eventos deportivos. En la causa figura que Valente Corp. y Somerton Ltd. sirvieron como "intermediarios para facilitar pagos ilícitos entre los ejecutivos de marketing deportivo y autoridades del fútbol".
El actual presidente de la CBF, Marco Polo del Nero, señaló que la detención del ex titular de esa confederación imprime una "pésima" imagen para la entidad. Respecto a los contratos por los que se lo acusa, Del Nero señaló que fueron firmados antes de que Marin asumiera. "Son contratos firmados antes de la administración de Marin, no tienen nada firmado después. Conozco los contratos", manifestó el dirigente brasileño.
Entre los demás dirigentes del fútbol regional que figuran en el expediente del FBI ya fue arrestado Jeffrey Webb, vicepresidente del comité ejecutivo de la FIFA y actual presidente de la Concacaf. Webb es el máximo dirigente del fútbol centroamericano desde 2012.
Otro de los detenidos es Jack Warner, de Trinidad y Tobago y ex presidente de la Concacaf. Ya en 2011 había sido acusado por delitos de corrupción y fue suspendido del organismo del fútbol luego de que el Comité de Ética le abriera un expediente.
El uruguayo Eugenio Figueredo es otro de los que está salpicado por la trama de corrupción. El dirigente fue hasta el año pasado presidente de la Confederación Sudamericana de Fütbol (Conmebol) y presidente del comité organizador de la última Copa del Mundo.
Eduardo Li (Costa Rica), Rafael Esquivel (Venezuela), Nicolás Leoz (Paraguay), Julio Rocha (Nicaragua) y los argentinos Alejandro Burzaco y Hugo y Mariano Jinkis, de marketing deportivo de la FIFA.