Un mensaje que Emanuel Ortega colgó el el 3 de julio de 2012 en su perfil personal de Facebook comenzó a viralizarse por las redes sociales luego de confirmarse la trágica noticia de su muerte a los 21 años, producto de un golpe contra un paredón en pleno partido que le produjo un traumatismo de cráneo que no resistió dos intervenciones quirúrgicas.
Las palabras elegidas por el defensor oriundo de la localidad jujeña de Perico estremecen a cualquier persona por la conmovedora forma de graficar su auténtica devoción por la práctica del fútbol. "El día que no pueda jugar más, ahí termina mi vida", fue la frase final de un enunciado impactante por estas horas. Mientras tanto, el fútbol argentino, enlutado, confirmó la suspensión de toda la actividad programada para el fin de semana en cada categoría del país.
"Capaz no llegue a jugar profesionalmente al fútbol, o capaz sí, pero amateurmente cuando voy a cada pelota, voy a morir. Cuando mis piernas dicen basta, mi corazón dice seguí. A diferencia de los profesionales, cuando se me rompen los botines no los cambio, paso noches arreglándolos, pegándolos, para poder seguir jugando, porque es lo que amo. El fútbol es mi vida, no sólo un pasatiempo, es el que me hace olvidar de todo, y por el que daría la vida. El día que no pueda jugar más, ahí termina mi vida".