Lo que días atrás parecía lejano, en las últimas horas empezó a tomar otro rumbo. Después de semanas de protestas frente a la embajada de Estados Unidos en Montevideo, los refugiados sirios estarían cerca de llegar a un acuerdo con la cancillería de Uruguay.
Después de varias reuniones en el ministerio de Relaciones Exteriores y en la casa de Palermo, donde conviven los refugiados, éstos tienen "buena disposición" para firmar un acuerdo, según indicó el abogado Mauricio Pígola a El País.
Estas declaraciones llegan un día después de que el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa criticara el procedimiento impulsado por el ex presidente José Mujica para albergar a los ex reclusos de Guantánamo y las familias sirias. El diplomático aseguró que en el proceso de adaptación "hubo falta de previsiones".
Los ex prisioneros instalaron tres carpas frente a la representación norteamericana. En la rambla de Montevideo reclaman un apoyo económico por parte de Estados Unidos por los años de reclusión a los que fueron expuestos.
Durante las horas que pasan allí, rezan, limpian las cargas, hablan de fútbol y de vez en cuando conversan con algún transeúnte.
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El gobierno uruguayo, en tanto, quiere que aprendan el español y, sobre todo, que cuiden su salud. Los ex reclusos comenzaron sus clases desde que llegaron a Uruguay, pero luego abandonaron cuando iniciaron la medida de protesta.
"La gran mayoría de los puntos ya están acordados. El documento tendrá dos nuevos anexos y se traducirá al árabe. La firma también es necesaria para que se pueda avanzar en la reunificación familiar", explicó Pígola.
Ambas partes se mantienen renuentes a brindar alguna información sobre los detalles del acuerdo. Incluso los propios protestantes evitan hablar con la prensa.