La independencia de Cataluña vuelve al centro de la escena a medida que se acercan las elecciones regionales parlamentarias, adelantadas por el gobierno local como una manera de "plebiscitar" la independencia. "Es la única vía legal que nos queda", aseguró Albert Royo, secretario general de DIPLOCAT, en diálogo con Infobae.
De visita en la Argentina, Royo fue el principal orador del debate académico "Cataluña: ¿autodeterminación o statu quo?", organizado por el Consejo de Diplomacia Pública de Cataluña para dar a conocer a la opinión pública de Argentina "la situación actual de la política catalana y la voluntad de poder votar en un referéndum".
"Nos encontramos con la necesidad de contar nuestro punto de vista sobre lo que está sucediendo en Cataluña. Porque el Ministerio de Relaciones Exteriores de España y las embajadas, que pagamos todos los españoles, cuentan una parte de la historia... la que le interesa al gobierno de Madrid", explicó y agregó: "A veces cuesta comprender lo que está pasando en Cataluña desde el extranjero, la información viene sesgada".
En enero pasado, el presidente catalán, Artur Mas, adelantó más de un año elecciones autonómicas en Cataluña, que finalmente serán el próximo 27 de septiembre. El objetivo fue trasformar las parlamentarias en un referéndum. Como dice Royo sin tapujos: "un referéndum de facto".
"Después de tres años intentando celebrar un referéndum (el Tribunal Constitucional español lo vetó), sólo nos queda una vía legal, que es convertir las elecciones regionales parlamentarias en un referéndum de facto. De forma que si el Parlamento resultante cuenta con mayoría de diputados a favor de la independencia, podremos concluir que hay una mandato democrático a favor de la independencia", explica el secretario general del consejo diplomático catalán.
La hoja de ruta está ya diseñada: "Si hay una mayoría a favor de la independencia, al día siguiente se va a comunicar a Madrid y a la comunidad internacional que hay un mandato democrático. Somos gente razonable y no lo vamos a aplicar de la noche al día. Prevemos un período de un año y medio de negociación con Madrid y con las contrapartes internacionales para ver de qué forma aplicar ese mandato. Al cabo de ese año y medio, la nueva república catalana va a nacer".
Cuando se lo interpela a Royo sobre la dudosa legalidad de convertir el resultado de las elecciones regionales en un mandato sobre la independencia de Cataluña, afirma que para ellos sería "el resultado de un proceso electoral legal". Y advierte: "La única forma de anular las elecciones catalanas es suspendiendo previamente la autonomía de Cataluña... Una medida tan reaccionaria sólo precipitaría la crisis".
En un repaso histórico, Royo afirma que Cataluña, después del Franquismo, "ha estado lealmente trabajando con los principales partidos españoles con el objetivo de modernizar a España en términos sociales, económicos y políticos para que sea federal y orgullosa de su propia diversidad cultural, histórica y lingüística". Sin embargo, afirma que desde el 2000 España entró en un proceso de "recentralización" que llegó "a la cumbre" en 2010 cuando el Tribunal Constitucional Español decidió "anular los preceptos más importantes del estatuto de autonomía de Cataluña". Para Royo, "es a partir de entonces que la mayoría de la ciudadanía catalana -que era federalista- se da cuenta de que España no quiere ser un Estado federal y plural que se sienta orgulloso de la diversidad cultural y lingüística; y muchos empiezan a pensar en un país independiente de la misma forma que en Europa, en los últimos 25 años, han nacido otros Estados".
La Unión Europea
"Somos realistas, no nos van a esperar con la alfombra roja. La UE es un club de Estados donde prima una solidaridad interestatal", admite Royo cuando se lo cuestiona sobre la negativa del bloque regional de aceptar una Cataluña independiente.
Sin embargo, primero confía en triunfar en las elecciones del 27 de septiembre y que, con ese resultado en mano, prime la negociación. Y, segundo, espera que nadie quiera perder los beneficios económicos que supone su territorio: "Somos el 2% del PIB europeo. Somos una economía mayor que la de Grecia o Finlandia, más central ya que está en medio de un cruce de caminos en medio del continente... A nadie le interesa que un territorio tan industrializado, que sería contribuyente neto a la UE y con tantísimos intereses a nivel de inversiones europeas, quede afuera".