El volcán Calbuco presenta una "sismicidad en nivel más bajo que la víspera", de acuerdo con el último reporte del Servicio Nacional de Geología y Minas chileno (Sernageomin). Un nivel alto precede a una posible nueva erupción. De esta forma, según se desprende de la reciente información, hay menores riesgos de una catástrofe.
Sin embargo, el organismo aclaró que restan aún 24 horas para poder consolidar una tendencia de comportamiento del macizo y, eventualmente, poder bajar el nivel de alerta roja que se mantiene la región de Los Lagos, a unos 1.300 km al sur de Santiago. El Calbuco, después de 54 años, despertó con sorpresivas erupciones el miércoles y jueves de la semana pasada.
Si bien la fumarola que emergía este martes del volcán era "más débil" que la de los últimos días, según el Sernageomin, la gran cantidad de cenizas que expulsó en las erupciones del miércoles y jueves todavía causa estragos en el sur de Chile y Argentina. En sus dos estallidos, el Calbuco lanzó unos 210 millones de metros cúbicos de cenizas.
Cada metro cúbico significa cerca de una tonelada de material volcánico que se acumulaba en las localidades más cercanas al macizo, como Ensenada, donde hay cerca de un metro de material volcánico, pero también había cubierto provincias del sur argentino.
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En Río Negro, en la ciudad de San Carlos de Bariloche, de unos 110.000 habitantes, la alcaldía solicitó a sus habitantes conducir a baja velocidad para reducir al máximo el vuelo de cenizas. Cuadrillas municipales se abocaban a la tarea de limpieza de esta ciudad situada a 100 kilómetros del volcán, donde los escolares ya habían retornado a clases.
En la medida que baje la intensidad del volcán, el peligro de los llamados lahares también disminuye. En el sur de Chile, los esfuerzos se enfocaban en despejar las toneladas de cenizas acumuladas, antes de que este jueves llueva con fuerza en la zona.
"El riesgo es la combinación de material volcánico con grandes lluvias", advirtió el viceministro de Obras Públicas, Sergio Galilea. Las lluvias podrían arrastrar las cenizas y el material volcánico por las quebradas de los ríos, lo que eleva el riesgo de aluviones que arrasen con todo a su paso.
Otro riesgo es la dispersión de las cenizas finas, las que empeorarían los niveles de polución en gran parte de Chile, incluida la capital, Santiago, que sufre ya altos niveles de contaminación atmosférica, sobre todo en el invierno austral. En cuanto a los vuelos aéreos, estos paulatinamente habían retornado a la normalidad en los aeropuertos de Santiago, Buenos Aires y Montevideo.