El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, denunció este lunes que narcotraficantes intentaron matarlo en septiembre de 2014 por la lucha frontal que emprende contra ellos, pero su aparato de seguridad y Estados Unidos lograron frustrar el plan.
"No quisimos decir nada en ese momento, ni que las fuerzas de seguridad del Estado derivaran su atención del objetivo más grande que era desarticular las bandas y cárteles que operaban en Honduras", afirmó el gobernante.
Indicó que entre el 14 y el 15 de septiembre de ese año miembros del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y el embajador de Estados Unidos en Honduras, James Nealon, y las fuerzas de seguridad del Estado estuvieron en su casa para alertarlo de los planes de asesinarlo.
Según el mandatario, los narcotraficantes pretendían ejecutarlo entre el 12 y el 20 de septiembre de 2014 cuando llegaría en helicóptero de su ciudad natal de Gracias, departamento de Lempira, 300 km al noroeste de la capital.
Hernández, que se mueve normalmente en medio de un impresionante despliegue de seguridad de decenas de militares y policías en numerosos vehículos, no dio más detalles del plan, pero trascendió en Tegucigalpa que algunos de los implicados en el plan eran extranjeros que fueron capturados y entregados a autoridades de sus países.
LEA MÁS: El narcotráfico intentó asesinar al presidente de Honduras
LEA MÁS: Guatemala: masiva marcha exigió la renuncia del presidente por un escándalo de corrupcion
Desde que asumió el poder el 27 de enero del 2014, Hernández emprende una ofensiva con militares y policías contra los traficantes que trasiegan drogas desde Sudamérica hacia Estados Unidos.
Hernández sostiene que siete de cada diez muertes que se registran en Honduras son responsabilidad de los narcotraficantes.
Siete miembros de cárteles han sido extraditados por el gobierno de Hernándea hacia Estados Unidos donde están acusados en los tribunales.
Honduras registra la tasa de homicidios más alta del mundo, 68 por cada 100.000 habitantes, aunque hace dos años era de 79, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional.