El gobierno de Ecuador ha decidido modificar su estrategia para reducir los índices de embarazo adolescente, y la polémica no se ha hecho esperar.
Con ese objetvo, el gobierno ecuatoriano, que reivindica haber lleado al poder de la mano de una "revolución ciudadana", ha reemplazado la Estrategia Nacional de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo Adolescente (Enipla), cuya tarea central era la distribución de métodos anticonceptivos gratuitos entre la población joven, por el Plan Nacional de Fortalecimiento de la Familia.
De acuerdo con el presidente Rafael Correa, el reemplazo del plan anterior era necesario porque "incitaba al hedonismo". El mandatario ha cuestionado incluso que niños y niñas asistan a ferias de salud en las que los preservativos se reparten "como chicles".
Así lo asegura Mónica Hernández, médica miembro del gobierno ecuatoriano desde octubre de 2013, según informa hoy un artículo publicado en El País. Hernández será la encargada de la ejecución del nuevo plan y del presupuesto destinado para ello: unos u$s32 millones.
El objetivo del nuevo programa es "lograr un giro significativo en el patrón de comportamiento en adolescentes y jóvenes respecto a la vivencia de la afectividad y la sexualidad, a través del complemento de las políticas públicas en la temática y el fortalecimiento del rol protagónico de la familia".
Según sus impulsores, el plan está sustentado en estudios científicos "que muestran la importancia de la familia como base de la sociedad" y que afirman que "las adolescentes que tienen protección de sus padres esperan más tiempo para iniciarse en el sexo" y que al vivir "con ambos progenitores son tres veces menos propensas a perder su virginidad antes de los 16 años".
De la Enipla sólo quedan los dispensadores de preservativos vacíos en las unidades de salud. La línea de información gratuita "Habla serio, sexualidad sin misterios" ya no existe. Virginia Gómez de la Torre, del Frente de Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos, criticó en los medios que no se haya hecho una evaluación técnica para acabar con la Enipla y que solo haya pesado la opinión del presidente. Sobre todo, porque aquel programa había nacido a partir del censo de 2010, que decía que una de cada cinco adolescentes ecuatorianas había estado embarazada en la última década.
"La Enipla fue interesante porque puso el tema de la sexualidad sobre la mesa, pero no tomaron en cuenta los valores"
Respondiendo a algunas acusaciones de organizaciones de mujeres, Hernández, quién además deberá decidir qué contenidos se dictan en las escuelas, debió aclarar: "No soy miembro del Opus Dei, pero conozco a gente del Opus Dei y la valoro mucho". En 2013, había sido señalada cuando se mostró contraria a la línea telefónica de información sexual y a la entrega gratuita de métodos anticonceptivos -incluida la píldora del día después- que preveía la Enipla.
"La Enipla fue interesante porque puso el tema de la sexualidad sobre la mesa, pero no tomaron en cuenta los valores. Nosotros vamos a dar una educación más a fondo, basada en la afectividad y sexualidad", declaró Hernández a los medios.