Stéphane Charbonnier, el director editorial de la revista satírica Charlie Hebdo que fue asesinado por extremistas islámicos en enero pasado, parece que seguirá generando polémica incluso después de muerto.
En un libro de su autoría que habría terminado sólo dos días antes del atentado en París y cuyos fragmentos fueron difundidoa por el New York Times y por la revista francesa L'Obs, Charbonnier defiende que todas las religiones, incluido el islam, pueden ser justamente ridiculizadas en la República secular de Francia.
En el libro, llamado Carta abierta a los estafadores de la islamofobia que le hacen el juego a los racistas, defiende además a su revista de las críticas por las caricaturas de Mahoma publicadas en distintas ediciones.
En uno de los extractos difundidos del libro, Charbonnier aclara, sin embargo, que las caricaturas publicadas por su revista "no se dirigen a todos los musulmanes".
Conocido popularmente como Charb, el director fue asesinado junto a otras 11 personas cuando dos hermanos, Said y Chérif Kouachi, atacaron la sede de la revista en respuesta a las representaciones de Mahoma que hacía la satírica Charlie Hebdo.
En 2012, Charbonnier ya había despertado una ola de críticas al publicar caricaturas del profeta desnudo y en distintas poses sexuales. La publicación le costó un ataque contra las oficinas de Charlie Hebdo.
Subiendo un poco más la temperatura de la polémica, en el libro el autor asegura que la lucha contra la islamofobia ha fracasado como resultado de haber sido dirigida por las "élites blancas", que colaboran con sofocar la libertad de expresión. Además, responsabiliza a dichas élites por, paradójicamente, haber fomentado el maltrato a los musulmanes al resaltar su identidad religiosa.
"Si mañana todos los musulmanes de Francia se convierten al catolicismo, eso no modificaría un centímetro el discurso racista actual"
"Si mañana todos los musulmanes de Francia se convierten al catolicismo o abandonan la religión, eso no modificaría un centímetro el discurso racista actual: esos extranjeros o ciudadanos franceses descendientes de extranjeros seguirán siendo señalados como los responsables de todos nuestros problemas", escribió Charb en su libro. Y agregó: "Asustarse del islam es estúpido, absurdo, y muchas otras cosas, pero no es ningún crimen".
Charlie Hebdo está identificada como parte de una cultura de la sátira francesa de la que nadie, desde los políticos hasta las figuras religiosas, está al margen.
"Asustarse del islam es estúpido, absurdo, y muchas otras cosas, pero no es ningún crimen"
El libro de Charb llega en un momento en el que Francia -el país con la mayor población musulmana de Europa- está enfrentando una ola de islamofobia profundizada después de los ataques ocurridos en enero.
De 120 páginas y sin caricaturas, el libro contiene duras críticas de Charbonnier a los medios, a los políticos y a algunos grupos de la sociedad civil por lo que él llama el "paternalismo burgués blanco y de izquierda".
"¿En virtud de qué retorcida teoría el humor es menos compatible con el islam que con cualquier otra religión?", se pregunta. "Decir que el islam no es compatible con el humor es igual de absurdo que decir que no es compatible con la democracia o con el secularismo".
En sintonía con el tono de Charlie Hebdo, el libro no se priva de golpear duramente a todas las religiones: "El problema no es ni el Corán ni la Biblia, novelas mal escritas, incoherentes y que inducen el sueño", escribió Charb. El problema, dice él, son "los fieles que leen esos libros como las instrucciones para el montaje de las estanterías de Ikea".
De 47 años, el escritor había aparecido en una lista de los objetivos de Al Qaeda y tenía custodia policial en el momento en el atentado. Era el director editorial de Charlie Hebdo desde el año 2009.