Tras la condena del "genocidio" armenio cometido hace un siglo por los otomanos realizada por Francisco durante la misa el pasado domingo, las autoridades turcas han salido a su cruce, y ahora fue el ministro de para los Asuntos Europeos, Volkan Bozki, quien lanzó duras críticas tanto al Papa como a nuestro país.
"El Papa Francisco es argentino y encuentro necesario recordarles que Argentina es un país que recibió con brazos abiertos a los principales ejecutores del Holocausto judío, los torturadores nazi. Creo que el Papa actuó bajo la influencia de su ciudadanía argentina en lugar de la identidad transnacional", afirmó Bozkir en diálogo con medios locales.
Y agregó: "Creo que el Papa, cuando lo piense bien, va a sentir la necesidad de retractarse de sus dichos".
El domingo, Francisco había utilizado expresiones del fallecido papa Juan Pablo II, redactadas en 2001, refiriéndose al "atroz y descabellado exterminio" de los armenios, que "generalmente es considerado como 'el primer genocidio del siglo XX'".
La cancillería turca convocó al nuncio apostólico en Turquía, monseñor Antonio Lucibello, el mismo domingo para presentar sus quejas, y llamó a consultas a su embajador ante la Santa Sede, Mehmet Pacaci.
La cancillería volvió ayer a la carga al difundir un comunicado que define como a una "calumnia" las declaraciones del Papa.
El primer ministro turco, Ahmut Davutoglu, ya había expresado su malestar ese mismo domingo y consideró que el pontífice actuó "bajo ciertas influencias debido a su ignorancia o conocimiento insuficiente de la historia".
Turquía, sucesora legal del Imperio Otomano disuelto tras la Primera Guerra Mundial, nunca ha aceptado que la matanza entre 1915 y 1917, de 1,5 millones de armenios, como generalmente se asume, fue un "genocidio" y también rechaza la citada cifra de muertos.
Para Ankara, que cifra en medio millón el número de víctimas, se trató de masacres de unos a otros, es decir, armenios contra turcos musulmanes, en enfrentamientos violentos entre etnias en medio de la Primera Guerra Mundial.
En el día de ayer, durante su misa privada matutina, en la capilla de la residencia Santa Marta, Francisco pareció estar respondiendo elípticamente a la polémica cuando declaró que la Iglesia "debe decir las cosas con libertad y franqueza".