Una ilustre revista neoyorquina llegó a los kioskos con versión local

Se trata de Review. Revista de libros, que bimestralmente publicará los mejores artículos de la New York Review of Books, una de las más prestigiosas publicaciones a nivel mundial. Suma además a destacados autores de Latinoamérica

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A comienzos del siglo pasado era un lugar común la comparación de Buenos Aires con París, que funcionó desde temprano como un faro dentro del campo literario e intelectual de las naciones latinoamericanas. En los primeros años del nuevo siglo, en cambio, el centro porteño fue a menudo elegido por firmas extranjeras para ambientar sus publicidades como si estas sucedieran en Nueva York. En este juego de espejos, acaba de aparecer una nueva revista cultural en los kioskos que ya está vendiendo rápidamente sus primeros 15 mil ejemplares. Con el doble nombre de Review. Revista de libros, se trata en esencia de una versión local de la prestigiosa New York Review of Books, revista de la izquierda estadounidense influenciada sin duda por la intelectualidad francesa, que desde su creación en los sesentas se constituyó en un espacio de discusión en el que tomaron parte reconocidas figuras como Hannah Arendt, Susan Sontag, Truman Capote, Norman Mailer, Philip Roth y otros quizás menos conocidos para los lectores argentinos, como los poetas John Berryman y Robert Lowell. Este último, sin llegar a imaginar que algún día el contenido de la revista se imprimiría por estas latitudes, dedicaba en el primer número –febrero de 1963- un poema a Buenos Aires tras una breve estadía en el Hotel Continental.

La primera entrega de la Review presenta una selección de artículos más o menos recientes de la edición norteamericana. Quizás el principal sea el de Paul Krugman, "El retorno de la desigualdad", que sirvió para poner en boca de todos el nombre de Thomas Piketty, autor del ahora célebre El capital en el siglo XXI. Le siguen una comparación de las economías china e india por el premio nobel en la materia Amartya Sen, quien pone el foco en la calidad de vida de ambos países; análisis, reseñas y crónicas de escándalos políticos como el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense el año pasado, el peligroso avance del Estado Islámico en Medio Oriente y la desaparición de los 43 estudiantes mexicanos en Ayotzinapa. La revista muestra así una continuidad temática con El Dipló, la otra publicación con versión local que también dirige José Natanson.

Por supuesto que la literatura no podía faltar. Desde el hemisferio norte nos llega un agudo análisis de Vicio propio, la novela de Thomas Pynchon cuya adaptación al cine por Paul Thomas Anderson acaba de pasar fugazmente por las salas de nuestro país. Es una parodia de las novelas de detectives, llena de alucinaciones con las que el autor vuelve a la paranoia como clave de lectura, pero esta vez reformulada. Joyce Carol Oates, como Pynchon varias veces nominada al Nobel, traza un perfil del excepcional Mike Tyson y plantea el enigma biográfico de todo boxeador. Leonardo Padura, desde La Habana, y Ricardo Piglia desde el Consejo Editorial de la revista, reflexionan sobre el rol del escritor y las funciones y posibilidades de la literatura en sus respectivos países.

"Sarmiento, escritor", el ensayo de Piglia, es en realidad, desde hace ya unos cuantos años, un clásico de la crítica literaria argentina. Allí vuelve sobre el Facundo, texto fundante de la literatura nacional, para trabajar sus articulaciones con la política. Pero además se lee como problema la relación con la cultura contemporánea: "La pregunta básica es siempre: ¿dónde está el presente? O mejor, ¿cómo estar en el presente? Y esa pregunta es un tema central en la obra de Sarmiento". Que se lo haya incluido en esta reciente publicación quizás sugiera un propósito que va más allá del mero objetivo, establecido en el editorial, de ofrecer "un conjunto de artículos cuidadosamente traducidos, corregidos con rigurosidad prusiana, sin más colorantes que el peso del autor, la calidad de la escritura y el atractivo del tema".

Piglia, como sabe el lector más añoso, dirigió en otras décadas Los Libros y Punto de vista, revistas que supieron "establecer un canon", "ordenar el campo literario" e "instalar un programa de lectura". Hoy es algo que parece estar fuera de las posibilidades no solo de este proyecto sino del de cualquier otra publicación cultural. Y es que se advierte, desde luego, la crisis de los medios gráficos y la lógica de la brevedad que imponen las publicaciones online. Contra ellas, sin embargo, Review ya lanzó su primera piedra con textos que demandan un tiempo de lectura y escritura mayor, el necesario para poner en perspectiva el asunto en cuestión.

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