Los senadores demócratas están decididos a cambiar la propuesta que le daría al Congreso voz en el posible acuerdo nuclear con Irán —alteraciones que podrían ser del agrado del presidente Barack Obama, quien el miércoles llamó a dos senadores clave para pedirles que no socaven los esfuerzos diplomáticos para poner fin al enfrentamiento con Teherán.
Las llamadas del presidente al senador republicano, Bob Corker, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, y el principal demócrata en la comisión, el senador demócrata por Maryland, Ben Cardin, fueron las consultas más recientes en la estrategia de presión de la Casa Blanca para convencer al Congreso de que el esquema internacional acordado la semana pasada es la mejor forma para evitar que Teherán desarrolle un arma nuclear.
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"Estoy intentando mediar las diferencias — y no es que crea que puedo tener al presidente como porrista de la propuesta, pero intento lidiar con preocupaciones reales", dijo Cardin en una entrevista.
Cardin, quien habló con Obama por cerca de 15 minutos, dijo que la propuesta modificada puede cumplir dos propósitos: dar al Congreso una herramienta que les permita revisar cualquier acuerdo final alcanzado con Irán y ordenar reportes periódicos de cumplimiento para que el Congreso pueda ejercer acción si Irán incumple el acuerdo final, en caso de ser alcanzado.
Obama ha amenazado con vetar la propuesta, que fue presentada por Corker de Tennessee y el senador demócrata de Nueva Jersey, Bob Menendez.
La líder demócrata en la cámara de representantes, Nancy Pelosi, expresó su oposición a la propuesta y respaldó al presidente diciendo que debilita la habilidad de los negociadores internacionales para llegar a un acuerdo final con Irán y "representa un obstáculo innecesario para lograr un acuerdo final sólido".
Existe un apoyo bipartidista para encontrar la forma de que el Congreso tenga influencia en cualquier aporte
Se desconoce si la medida puede generar la aprobación de dos terceras partes del Senado para evitar el veto presidencial, pero está claro que existe un apoyo bipartidista para encontrar la forma de que el Congreso tenga influencia en cualquier aporte, sin importar si ese es o no el deseo de la Casa Blanca.
"Esperaría en que si lo logramos de la manera que espero se consiga, se atiendan las preocupaciones que ha expresado el presidente", dijo Hardin.