Antes de viajar a Panamá para asistir a la Cumbre de las Américas, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, visitará Jamaica, donde uno de sus objetivos principales es ofrecer más apoyo a los países caribeños para reducir su dependencia energética de Venezuela. Esta será la segunda visita de un presidente estadounidense en activo a la isla desde su independencia en 1962. La primera fue la del republicano Ronald Reagan, que acudió a Jamaica en abril de 1982, hace 33 años.
Obama llegará a Jamaica el miércoles por la noche y, según la agenda facilitada por la Casa Blanca, el jueves abrirá su agenda oficial con un encuentro bilateral con la primera ministra de la isla, Portia Simpson Miller. A continuación, se reunirá con líderes de los países de la Comunidad del Caribe (Caricom), como ya hizo en la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago en 2009, y participará después en un foro abierto a preguntas con jóvenes de la región.
Sin dar más detalles, la Casa Blanca indicó que Obama hablará con los líderes del Caricom de una iniciativa de seguridad energética para la región. Esa iniciativa fue presentada en enero pasado en Washington, dentro de la primera Cumbre de Seguridad Energética en el Caribe, que estuvo liderada por el vicepresidente estadounidense, Joseph Biden.
Su propósito, en coordinación con el Banco Mundial (BM), es crear una Red de Inversiones en la Energía Caribeña que permita a los inversores públicos y privados en la región coordinar sus proyectos y unificar sus objetivos. "Ya sea en Ucrania o en el Caribe, ningún país debería poder usar sus recursos naturales como herramienta de coerción contra otro", dijo Biden durante esa cumbre, en referencia a Venezuela y su programa de petróleo subsidiado (Petrocaribe).
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La mayoría de los países del Caricom se beneficia de Petrocaribe, lanzado en 2005 por el entonces presidente venezolano, el fallecido Hugo Chávez, para exportar petróleo barato a esa región a cambio de efectivo, bienes y servicios. Pero, además, algunas naciones caribeñas forman parte asimismo de la Alianza Bolivariana de las Américas (Alba), creada también por Venezuela.
Por ello, aunque desde enero el gobierno de los EEUU trata de deslindar su iniciativa energética de cualquier motivación política, lo cierto es que analistas y medios coinciden en que, en última instancia, el país busca mermar la influencia de Venezuela en el Caribe, pero también la de China y otras naciones asiáticas.
Tras la cumbre con los caribeños celebrada en Washington, el presidente venezolano Nicolás Maduro acusó a Biden de haber usado ese encuentro para comentar a los mandatarios y primeros ministros un supuesto plan para derrocarlo.. Esto fue negado por el gobierno de Obama, que respondió con la declaración de "emergencia nacional" por el "riesgo" que la situación en Venezuela supone para la seguridad estadounidense y una nueva ronda de sanciones contra funcionarios venezolanos.
Por otro lado, Estados Unidos ha calificado al Caribe como un lugar vulnerable a la proliferación de actos terroristas por la cantidad inmensa de turistas que recibe, por mar y por tierra, cada año, por lo que ese tema estará también previsiblemente en la agenda de Obama en Jamaica. Además, se espera que el mandatario debata con la región sobre el proceso de normalización de las relaciones entre los EEUU y Cuba.