OAS, que formuló el pedido en un tribunal de San Pablo, está acusada de formar parte de un "club" de empresas que pagaba sobornos a directivos de Petrobras y a políticos a cambio de contratos en la compañía petrolera.
"Desde el inicio de las investigaciones en Petrobras, las instituciones financieras han restringido sistemáticamente el acceso de las empresas [del grupo OAS] a los recursos necesarios para el mantenimiento de las obras. OAS se ve forzada a tomar medidas que le permitan continuar su operación en un proceso saludable de negociación de su deuda", indicó Fabio Yonamine, presidente de OAS Inversiones, en una nota enviada a la agencia de noticias AFP.
La empresa suspendió a finales de 2014 el pago de su deuda con vencimiento en enero, enfocándose en mantener la nómina de empleados y cumplir con sus compromisos tributarios.
Otra gran constructora señalada de integrar el "club", Galvao Engenharia, solicitó protección judicial hace una semana.
El pedido de OAS incluye nueve empresas del grupo, que opera en varios países, además de Brasil.
La compañía tendrá 60 días para renegociar su deuda, pero desde ya adelantó que venderá parte de sus activos, entre ellos su participación en la administración del aeropuerto internacional de Sao Paulo y dos estadios del Mundial de fútbol 2014, que se celebró en Brasil el año pasado: el Arena das Dunas (Natal, noreste) y el Arena Fonte Nova (Salvador, noreste).
La deuda total de la empresa es de 9.200 millones de reales (2.875 millones de dólares), de los cuales 8.000 millones se encuentran dentro del pedido, indicó el diario Folha de Sao Paulo.
La fiscalía pidió a finales de febrero un resarcimiento de más de 1.500 millones de dólares a las empresas involucradas en el "club", entre ellas OAS.
Cuatro ejecutivos de la compañía están presos por el escándalo de Petrobras, incluido su presidente José Adelmário Pinheiro Filho.
Debido a la trama de corrupción, que habría movido unos 4.000 millones de dólares en la última década e involucra también a políticos, Petrobras prohibió hacer nuevos contratos con OAS y otras 22 grandes empresas.
Algunas ya pidieron recuperación contra la bancarrota.
OAS figura, además, entre las constructoras investigadas por el escándalo que fueron contratadas para obras de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro-2016. Los organizadores aseguran, sin embargo, que los trabajos no se verán afectados.