Las potencias se reúnen en el último día de negociaciones sobre el programa nuclear iraní

Los representantes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, China, Francia y Alemania buscan sellar un acuerdo con Irán antes de la medianoche de este martes. Se viven horas claves en Suiza

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Con todos los ingredientes de una película de suspenso, las negociaciones internacionales sobre el programa nuclear iraní entraron este martes en una cuenta regresiva para obtener un primer acuerdo, sin certeza alguna, sobre el desenlace del año y medio de una maratón diplomática inédita.

Las grandes potencias (Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, China, Francia y Alemania) e Irán se supone que deben sellar este martes en Lausana, Suiza, un primer compromiso fundamental en un dossier inextricable, que emponzoña las relaciones internacionales desde hace doce años.

Los ministros de Relaciones Exteriores de las seis potencias -exceptuando el ruso Serguei Lavrov, que debe regresar a lo largo del día- se ven de nuevo por la mañana antes de mantener una reunión con el iraní Mohammad Javad Zarif.

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Este lunes se sentaron todos a la misma mesa y los expertos de las diferentes delegaciones multiplicaron las reuniones hasta bien entrada la madrugada para solventar los últimos obstáculos de cara a un acuerdo político "factible".

"Aún hay asuntos difíciles. Estamos trabajando muy duramente para resolverlos. Vamos a trabajar hasta tarde y, obviamente, mañana (martes)", dijo el estadounidense John Kerry a la cadena CNN en Lausana, y añadió que "todo el mundo sabe lo que significa mañana" cuando la fecha límite para llegar a un acuerdo expira a medianoche de este martes 31 de marzo.

La reunión, la primera en que se juntaban los jefes de la diplomacia de las seis grandes potencias desde el pasado noviembre, duró un poco más de una hora.

"Aún hay asuntos difíciles. Estamos trabajando muy duramente para resolverlos", dijo Kerry

Un día antes de expirar el plazo para cerrar un acuerdo de principio, todavía quedaban varios escollos, avisaron diplomáticos occidentales.

"Ya es hora de tomar decisiones" para lograr un acuerdo, estimó por su parte la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Marie Harf, matizando que Washington no se precipitaría "para concluir un mal acuerdo".

Al final del encuentro, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, anunció que abandonaba Lausana por unos compromisos previstos en Moscú y su portavoz dijo que regresaría este martes "si existe una posibilidad real de acuerdo".

El objetivo de las negociaciones es alcanzar ahora un acuerdo político sobre el programa nuclear iraní, que permita negociar a continuación hasta el 30 de junio un acuerdo definitivo con todos los detalles técnicos.

Los diplomáticos buscan llegar a un acuerdo por el cual Irán garantice sin la menor sombra de duda la naturaleza civil de su programa nuclear, a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales que asfixian su economía desde hace años.

"No tenemos ni idea de lo que pasará si no lo logramos. Deberemos darnos cuenta de dónde estamos precisamente y decidir qué ocurrirá a continuación". Las opciones de llegar a un acuerdo son de un "50-50" por ciento, añadió Harf.

El objetivo de las negociaciones es alcanzar ahora un acuerdo político


'Bloqueado en tres puntos'

Según explicó un diplomático occidental, las negociaciones estaban bloqueadas en tres puntos claves: la duración del acuerdo, el levantamiento de las sanciones de la ONU y el mecanismo de garantía y control.

"No puede haber acuerdo sin una respuesta a esas cuestiones", agregó el diplomático, que requirió anonimato, y enfatizó en que "llegado el momento, hay que decir sí o no".

Incluso antes de que ningún acuerdo se haya cerrado, sus oponentes ya han comenzado a criticarlo, preocupados por si no será suficiente para impedir que Irán se haga con la bomba atómica.

Esto incluye a la oposición republicana del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien después de tildar el acuerdo de "peligroso" el domingo volvió a la carga el lunes: "El acuerdo que se perfila en Lausana envía el mensaje de que no solamente no se castiga la agresividad, sino que además se la recompensa".

"Los países moderados y responsables de la región, en particular Israel y otros Estados, serán los primeros en sufrir las consecuencias de ese acuerdo", agregó el primer ministro.

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