Un grupo de cinco prisioneros fue colgado en una cárcel de la ciudad de Mashhad, en el noreste de Irán, mientras que otros seis fueron ahorcados en forma conjunta en la prisión Pirnia de la ciudad de Shiraz, ubicada en el sur del país. Ese mismo día, otro preso también fue ejecutado en la cárcel de Adelabad de la misma ciudad.
En Shiraz, los prisioneros fueron trasladados a confinamientos solitarios dos días antes del Año Nuevo iraní (Nowruz), algo por lo cual pasaron el día de Año Nuevo en un completo aislamiento y a la espera de su ejecución.
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Sin embargo, la dictadura religiosa gobernante en Irán se abstuvo de publicar cualquier dato o información sobre los prisioneros según denunció el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (NCRI según sus siglas en inglés).
El creciente número de ejecuciones, incluyendo muchas llevadas a cabo en secreto, son sólo ejemplos triviales de la represión en todo el país que sigue teniendo lugar en Irán desde que Hasan Rohani se convirtió en presidente del régimen clerical.
Ahmed Shaheed, Relator Especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Irán, informó el 25 de marzo pasado que unas 1.000 ejecuciones se habían llevado a cabo durante los últimos 15 meses en Irán.
Antes de eso, el 16 de marzo, dijo en una conferencia de prensa en Ginebra: "Hay mucha preocupación entre la sociedad iraní por la sospecha que el expediente nuclear pueda estar proyectando una sombra sobre la discusión de los derechos humanos."
El integrante de Naciones Unidas añadió que el panorama de los derechos humanos y la represión en Irán ha
desde que Hasan Rohani se convirtió en presidente.