La historia de Gabriel Barrios, un comerciante que se negaba a subir los precios de los productos que vendía, se hizo conocida por un spot del "Fútbol para Todos" y después recorrió los medios nacionales. Es que en plena suba de los índices de inflación, él apostó por ayudar a la gente y mantener congelado el valor de su mercadería. A dos años de esa decisión y asfixiado por las deudas con los proveedores, debió vender el local que tuvo por 14 años.
Barrios contó que hizo lo posible por sacar su comercio adelante y, desilusionado, descartó contra aquellos políticos que se habían acercado en aquel entonces a felicitarlo por su iniciativa de no tocar los precios. "Sentimos como que nos soltaron la mano en algún punto. Me refiero tanto a los políticos que se nos acercaron en algún momento, como a cualquier político que podría haber tenido acceso a algún consejo o una orientación", se quejó.
Según precisó en diálogo con el diario Río Negro, nadie lo asesoró o le dio una ayuda para salvar el local. El alquiler y las deudas lo sobrepasaron y lo dejaron sin opción. "Tomamos la decisión con mi vieja -que es mi compañera en este emprendimiento-, de cerrar las puertas. Tratamos de reubicarnos en otros lugares, pero la verdad es que los alquileres están imposibles. Venimos desde hace meses, antes de las fiestas, tratando de conseguir una ayuda, golpeamos puertas, se nos ha hecho muy difícil", manifestó.
Aquella decisión que Gabriel tomó hace un año y un mes, fue valorada por la propia presidente Cristina Kirchner y hasta destacada en uno de sus discursos. Consecuentemente, eso provocó que ciertos políticos de su gestión y de la oposición se acercaran a su local a felicitarlo. Barrios recordó que incluso le rompieron los vidrios del local porque "lo relacionaban con el gobierno nacional".
"Me terminé convirtiendo en un centro de copiado, y si puedo seguir va a ser de esa manera", sostuvo. "Más que un proyecto familiar o personal pasa a ser un proyecto social. Tratar de marcar un rumbo en la forma de comercializar, no ser siempre el tirano de los precios. Yo voy a morir en la mía. Si consigo otro lugar dónde seguir trabajando voy a seguir trabajando con la misma política. Sé qué errores no debo volver a cometer", aclaró.