Todos los indicios en la investigación de la tragedia del vuelo 4U9525 de la aerolínea de bajo costo de Lufthansa, Germanwings, conducen al copiloto Andreas Lubitz.
Después de que los audios extraídos de la caja negra del avión revelaran que Lubitz se encerró en la cabina dejando fuera de ella al piloto para después estrellar deliberadamente la aeronave, nuevas piezas del rompecabezas han salido a la luz.
El diario estadounidense The New York Times publicó hoy que Lubitz sufría problemas de visión que podrían haber puesto en peligro su trabajo. Según el periódico, que cita a dos funcionarios con conocimiento de la investigación, Lubitz buscó tratamiento para esas dificultades, sobre las que tampoco habría informado a la aerolínea.
Otro de los datos que fueron conocidos hoy tiene que ver con el viaje de ida desde Dusseldorf hacia Barcelona, en el que aparentemente Lubitz también estuvo solo en los mandos del Airbus de Germanwings.
"Ese hombre estrelló el avión en el que yo viajé, también podría haberlo decidido en la ida y no en el regreso, como ocurrió"
Así lo afirmó uno de los pasajeros de ese vuelo, identificado como Michael F., quien desde ese martes todas las noches se despierta abrumado por el terror.
"Ese hombre estrelló el avión en el que yo viajé, también podría haberlo decidido en la ida y no en el regreso, como ocurrió", desliza espantado este hombre de 45 años, según el diario alemán Bild.
"Yo estaba sentado en la quinta fila y pude ver la parte delantera", explicó. Probablemente el baño cerca de la cabina estaba roto, pues la luz roja que indica que el baño está ocupado estuvo encendida durante todo el viaje, agregó.
"Alrededor de una hora después la salida, observé a través de la cortina que se abrió la cabina. El capitán pasó a lo largo de todo el avión para ir al aseo ubicado en la cola. Y después de tres a cinco minutos regresó y abrió normalmente la puerta trasera de la cabina", indicó el testigo.
En relación con los problemas físicos del copiloto, por el momento no está clara cuál era su gravedad o si podían estar vinculados a su situación psicológica, indicó The New York Times, que añadió que las autoridades no han descartado la posibilidad de que los problemas de visión pudiesen ser psicosomáticos.
El periódico recuerda que según varios testimonios para Lubitz era muy importante volar y, hasta el momento del accidente, no había cumplido sus aspiraciones profesionales de cubrir rutas de larga distancia como comandante.
La Clínica Universitaria de Dusseldorf informó el viernes de que Lubitz había sido evaluado en sus instalaciones por última vez el 10 de marzo. Consultada por The New York Times, una vocera del centro no quiso comentar hoy si el copiloto había presentado problemas de visión, alegando las leyes que protegen la privacidad de los pacientes.
En un comunicado, la clínica calificó el viernes de "incorrecto" que Lubitz fuera tratado por depresión e indicó que había acudido al centro para contrastar diagnósticos, sin dar más detalles. La fiscalía de esa ciudad de Renania del Norte-Westfalia informó del hallazgo en uno de los domicilios registrados de Lubitz de distintos documentos médicos, incluida una baja rota vigente el día de la catástrofe.