La mitad de los ocupados remunerados de la Argentina tenía ingresos por menos de $5.500 por mes al cierre de 2014, año en el que se produjo un deterioro en la distribución del ingreso.
La medición, realizada por el Indec, arrojó también que el 25% de los ocupados (4 millones de trabajadores) cobrara menos de $3.000 en el mismo período. El cuadro se completa si se considera que en total había entonces 1.200.000 desocupados, sin ingresos o que reciben una mínima "prestación por desempleo".
Los datos ponen de relieve otra circunstancia que abona los cuestionamientos del Indec. Si bien las consultoras privadas concluyeron que hubo una contracción del PBI entre 1 y 2 por ciento, para el instituto la economía creció 0,5 por ciento (inferior al crecimiento vegetativo).
Este deterioro también se vio reflejado en el índice de desempleo, que subió de 6,4 a 6,9 por ciento, mientras que el trabajo en negro pasó del 33,5 al 34,4 por ciento.
El Ministerio de Economía atribuyó la desaceleración económica a la crisis internacional y en particular a la situación de Brasil, desconociendo factores internos como una inflación del orden del 30%.