El Ejército de Venezuela ha realizado varias pruebas con los complejos de defensa antiaérea "Buk" y "Pechora", en el marco de los ejercicios de defensa conocidos como Escudo Bolivariano.
La incorporación de este sistema antimisiles representa "un salto del 10 al 90% de cobertura y alcance misilístico" en comparación con el anterior sistema protector, de acuerdo a información publicada en Rusia Today.
Las baterías de los Buk-M2E y de los Pechora-2M fueron desplegadas en la sede de la Brigada de Defensa Aérea Central cerca de la localidad de Charallave, en el estado de Miranda, y probadas simultáneamente en un ejercicio del comando castrense.
Según informa el periódico Correo del Orinoco, los militares simularon distintos vectores aéreos y se entrenaron en la búsqueda y el derribo de objetivos aerodinámicos no tripulados y cazabombarderos.
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El general en jefe de Defensa Aérea, Vladimir Padrino López, a cargo de la operación, aseguró a la prensa que "no existe un sistema en el mundo que se equipare con el sistema misilístico Buk de fabricación rusa".
A su vez, destacó su capacidad para derribar objetivos hasta 50 kilómetros de distancia, así como la precisión de los misiles Pechora de dar en el blanco a 30 kilómetros.
Junto con el sistema de exploración y vigilancia y la Aviación Militar venezolana, los dos complejos móviles rusos "hacen prácticamente invulnerable a nuestra Patria Venezuela".
Según sus cómputos, a partir de este despliegue, el 90% del territorio nacional está protegido de eventuales ataques aéreos.
La incorporación de estos sistemas se da en el marco de un programa de colaboración militar entre Rusia y Venezuela. Hace un mes, durante su gira por la región, el ministro de Defensa ruso Anatoli Antónov, aseguró que dicha colaboración obedece a la política del gobierno de Vladimir Putin de fortalecer la seguridad regional y de ayudar a los países latinoamericanos a robustecer sus fuerzas armadas.
El sábado pasado, el gobierno de Nicolás Maduro ordenó un ejercio militar en el que hizo una gigantezca demostración de su poderío militar, con cerca de 100.000 efectivos de las FFAA.
Ocurre después de que el presidente Barack Obama calificara la situación en Venezuela como una "emergencia nacional" y una "amenaza" a la seguridad nacional de EEUU, con lo que impuso sanciones a siete funcionarios chavistas.
En las últimas semanas aumentaron las ya frecuentes fricciones entre Washington y Caracas tras las acusaciones de Maduro de que desde Estados Unidos se estaría conspirando contra su gobierno, señalamientos que han rechazado voceros del Departamento de Estado.
El país atraviesa una profunda crisis social y politica que incluye la detenciíon de numerosos referentes opositores y la habilitación del uso de armas de fuego para reprimir manifestaciones, que se cobró la vida de un adolescente a principios de este año. Esto se suma a una crisis económica de características explosivas: inflación, escasez de productos básicos y un sistema cambiario descalabrado.