Una mujer fue linchada por una turba enfurecida después de ser acusada de haber quemado una copia del Corán, el libro sagrado del islam. El cadáver fue posteriormente quemado y arrojado a la orilla de un río de Kabul, la capital de Afganistán, según informó la agencia afgana de noticias Jaama Press.
"La mujer, llamada Farkhonda y de 32 años, supuestamente había quemado un Corán en público y una multitud la mató a golpes, prendió fuego a su cuerpo y después lo tiró en el río Kabul", dijo el jefe del Departamento de Crímenes de la capital, Farid Afzali. "Nuestra investigación inicial muestra que la mujer sufría problemas mentales desde hace 16 años", agregó.
Pese a que no está claro si la mujer realmente quemó el Corán, el clérigo de la mezquita de Wazir Akbar Khan aseguró en uno de sus sermones que la gente tenía derecho a defender sus creencias a toda costa. "Advierto al Gobierno para que no arreste a los que hayan hecho esto, porque provocaría un levantamiento", agregó.
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Por si fuera poco, un vocero de la Jefatura de Policía afgana también justificó el asesinato, asegurando que la mujer había insultado deliberadamente al islam. "Pensó que, al igual que otros incrédulos, este tipo de acción e insultos les conseguirían la ciudadanía europea o americana. Pero antes de conseguir su objetivo, perdió la vida", escribió el vocero de la Policía, Hashmat Stanekzai, en Facebook.
Un ciudadano afgano también se jactó en Facebook de haber participado en el linchamiento: "Las personas piadosas de Kabul, incluido yo mismo, la matamos y la quemamos. Su lugar está en el infierno".
Se abrió la investigación
La oficina del presidente Ashfar Ghani dijo que el asesinato sería investigado tanto por el Ministerio del Interior como por un comité de sabios religiosos. "Nadie tiene permiso para convertirse en juez y usar la violencia para castigar a otros", decía el comunicado de Ghani.
Este texto añadía la condena en "términos enérgicos de cualquier acción que provoque una falta de respeto al Santo Corán y a los valores islámicos". Asimismo, la misión en Kabul de Naciones Unidas repudió el asesinato.