Envalentonado con el acuerdo con la UCR para compartir internas e ilusionado con los números que le dan las encuestas, Mauricio Macri se sabe en una posición ventajosa de cara a las presidenciales. La decisión del radicalismo terminó por consolidarlo como la opción más fuerte para el electorado antikirchnerista y, para que no queden dudas de su relación con el Gobierno, repite a diario el mantra PRO de "cambio".
El jefe de Gobierno buscó este martes a la mañana volver a marcar distancia con el oficialismo. Consultado en declaraciones radiales, planteó diferencias en algunas de las medidas de mayor impacto que tuvo el Gobierno en distintos ámbitos: cepo al dólar, impuesto a las ganancias, deuda externa...
Las promesas del líder del PRO despertaron reproches de sus competidores para la Casa Rosada. Los del oficialismo, claro, pero también de Sergio Massa.
También por radio, Daniel Scioli salió al cruce de Macri y aseguró que dice "a cada sector" lo que "quiere escuchar". Según dijo, dirigentes como su rival porteño "van al campo y les dicen (a los productores) que van a sacar todas las retenciones".
El bonaerense explicó que sus objeciones hacia Macri giran "fundamentalmente en posiciones que viene teniendo a lo largo de estos años con respecto a los verdaderos cambios que se están llevando adelante en la Argentina".
El precandidato presidencial del oficialismo puntualizó que con esto se refiere al "tema de YPF, la recuperación de la administración de los fondos de Anses, recientemente lo de China, Aysa, Fútbol para Todos, y cuando dijeron que a los fondos buitre había que salir a pagarles porque si no iba a explotar todo por el aire".
"Lo que defiendo yo y lo que represento es la previsibilidad, la coherencia y la confianza. Estos logros con los que se va a cuidar el trabajo y vamos a seguir avanzando", aseguró el mandatario bonaerense, y reiteró su "confianza" en que "la gente, viendo cosas que ya han ocurrido y que lo que ocurrió forma parte del pasado, no va a volver a respaldar masivamente a construcciones electorales que se hacen 'en contra de' para una coyuntura".
Como Scioli, aunque sin mencionar a Macri, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, apuntó sin dar nombres contra "dirigentes oportunistas que dicen lo que la gente quiere escuchar". Y agregó: "Estoy convencido de que los argentinos no están dispuestos a tirar por la borda todo el esfuerzo que se ha hecho en los últimos años".
"Cuando cada uno de nosotros hace una mirada reflexiva, racional y desapasionada de los diarios, va a encontrar que alguien en la familia tiene trabajo y antes no lo tenía, que alguien se puede jubilar, que hay un pibe que tiene AUH, que el vecino se compro un auto o que otro esté en Procrear. Falta mucho, pero no es magia", insistió Randazzo.
Otro aspirante a la presidencia del oficialismo que cuestionó ayer a Macri fue Agustín Rossi. El ministro de Defensa no cargó contra sus planteos recientes, sino contra la alianza que selló con el radicalismo: "Demuestra una gran fragilidad para gobernar", dijo, y observó que esas fuerzas votaron en contradicción en temas como la estatización de YFP. Además consideró que se trata de un armado político con "un sesgo conservador, de derecha y claramente antiperonista".
En tanto, el diputado del Frente Renovador Sergio Massa reiteró que él también había asegurado que levantaría el cepo al dólar de ser elegido presidente. Entonces intentó polarizar con Macri: "En un sector político están los que inventaron corralitos y el corralón, y en nuestro espacio están los que hicieron posible levantarlos".