"Tenemos evidencias de que Joao Vaccari Neto tenía conciencia de que esos pagos fueron hechos a título de soborno", dijo el fiscal Deltan Dallagnol en una rueda de prensa en Curitiba (sur), donde está radicado el caso.
Es la primera acusación formal contra Vaccari, que el 5 de febrero ya había sido llevado a una comisaría a declarar sobre estos supuestos sobornos que recibió para el PT.
La acusación contra Vaccari forma parte de la llamada Operación Lava Jato (lavado de autos), que investiga esta trama de corrupción que habría movido unos 4.000 millones de dólares en una década.
En el marco de esta investigación, la fiscalía denunció, el lunes, a otras 26 personas por estos mismos delitos, entre ellos al ex director de Servicios de Petrobras Renato de Souza Duque.
Duque fue detenido este lunes en Río de Janeiro en el marco de una nueva operación de la policía federal para arrestar a 18 personas vinculadas al escándalo. La fiscalía no informó si Vaccari será detenido o ya lo fue.
Vaccari es señalado como el operador del PT en el esquema de corrupción por cinco acusados en el caso, que a cambio de una reducción de la pena han ofrecido detalles de la trama de corrupción a las autoridades.
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Entre ellos figuran los ex directores de la estatal Paulo Roberto Costa y Pedro Barusco y el cambista Alberto Youssef, incluidos entre los 27 acusados de este lunes, y más recientemente el vicepresidente de la constructora Camargo Correa, Eduardo Leite.
"Leite confirmó que Joao Vaccari solicitó que parte de los sobornos fueran pagados por medio de donaciones electorales y hay otras pruebas. Alberto Youssef reconoció también que Vaccari recogía recursos a título de donaciones electorales", indicó el fiscal.
Barusco, ex gerente de ingeniería de Petrobras, había declarado en febrero que el PT de Rousseff recibió entre 150 y 200 millones de dólares entre 2003 y 2013 a través de los 90 mayores contratos de la petrolera y que Vaccari tuvo "participación" en ese desvío. Duque habría hecho, según los fiscales, 24 sobornos en forma de donaciones en 18 meses al PT, tras reuniones con Vaccari.
La trama, develada hace un año, dejó al descubierto cómo las compañías sobornaban a directivos de Petrobras para poder manipular licitaciones y cobrar sobreprecios en las obras, lo que generaba un flujo de dinero negro que enriquecía a los que formaban parte de la confabulación y financiaba a agrupaciones políticas.
La mayoría de las acusaciones salidas de las denominadas "delaciones premiadas" apuntan a las fuerzas que integran la alianza gobernante, formada por el Partido de los Trabajadores fundado por Luiz Inácio Lula da Silva (que gobernó Brasil de 2003 a 2010), el PMDB, una fuerza de centro con estructura nacional, y un bloque grande de legisladores y el Partido Progresista, entre otros.
La magnitud de las revelaciones surgidas de las delaciones premiadas destapó una caja de Pandora que ha tenido un gran costo político para el Gobierno.
El domingo, cerca de dos millones de personas salieron a las calles a protestar contra la mandataria Dilma Rousseff, con el hartazgo de la corrupción como bandera común. "La corrupción es una señora vieja en este país, puede estar en cualquier lugar. (...) El dinero tiene ese poder corruptor, tenemos que estar vigilantes", dijo Rousseff en una rueda de prensa este lunes, la primera después de las protestas, en la que anunció para los próximos días un paquete anticorrupción.