El mundo político estuvo pendiente de la convención radical

El triunfo de Sanz logró algo hasta hace poco impensado: que un encuentro de la UCR se vuelva un suceso del que todo el ámbito político esté pendiente. El rol de los operadores del PRO y el PJ y la apuesta para correr a Massa

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 DyN 162
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"Lo único que les puedo asegurar es que el candidato del radicalismo será un mendocino", decía en la noche del viernes Julio Cobos, en la comida donde juntó a los cobistas paladar negro, convencionales o no. Ya sabía que los números no le daban y buscaba quitarle dramatismo a la derrota. "Si no es esta vez, será la próxima", les dijo a todos, que le respondieron cantando eufóricos "adelante radicales, adelante sin parar, que se rompa y no se doble, el partido radical". Aunque jamás amenazaron con irse de la UCR. Ya lo hicieron en el 2007, cuando fue "Cristina, Cobos y vos", así que no piensan repetirlo. Es más, Cobos se cansó de decir durante las últimas semanas que haría "lo que el partido decida". Por eso no estaba triste. Pelearon hasta el final y consiguieron aliados internos, cuando antes estaban solos.

El primer logro de Ernesto Sanz fue lograr que una convención radical se transformara en un suceso del que todo el mundo político está pendiente en la Argentina. Después de 14 años de la salida abrupta de Fernando De la Rúa de la Casa Rosada, los radicales no sólo se ilusionan con la posibilidad de ser la columna vertebral de una eventual victoria de Mauricio Macri en las presidenciales, sino que lo hacen a su modo, instalando un debate frente a la opinión pública, poco usual en tiempos de verticalismo kirchnerista.

Parece poco, pero se trata de un gran paso en el tortuoso camino de la reconstrucción de las instituciones de la democracia y, en particular, del partido que para muchos estaba destinado a la desaparición. En ese sentido, las legislativas del 2013 no solo le pusieron un punto final a las ilusiones doblemente reeleccionistas de Cristina Fernández de Kirchner, sino que también le permitió al radicalismo ganar en siete provincias y sumar veinticinco diputados nacionales. Esos resultados fueron los que impulsaron la realización del Frente Amplio UNEN, lanzado con bombos y platillos en el Teatro Broadway en abril de 2014, hace menos de un año.

El desarrollo de las negociaciones obligó a Sanz y Cobos a cambiar sus respectivas posturas

Sin un candidato competitivo, sin los recursos que se necesitan para encarar una campaña presidencial, la alianza estaba destinada a implosionar. La primera que se dio cuenta de eso fue Elisa Carrió, quien en enero sorprendió anunciando su alianza con Macri. Eso apuró a Sanz a buscar unas PASO de la oposición, que incluyan tanto al PRO como al Frente Renovador. Sergio Massa le dijo que sí enseguida, pero no hubo forma de convencer a líder del PRO.

"Sanz quiso armar un esquema que contemplara las necesidades de todos, sobre todo le interesaba dejar conforme a Gerardo Morales, que tiene una batalla dura en Jujuy, donde puede ganar, quebrando el liderazgo peronista de décadas, pero fue imposible incluir al FR", dijo un hombre vinculado a la estrategia del presidente de la UCR. En efecto, incluso llegó a tener reuniones con Massa en Pinamar, donde se pusieron en todo de acuerdo, pero la negativa del PRO fue absoluta.

- ¿Qué argumentos da Macri para negarse a incluir a Massa?, preguntó Infobae.
- No da ninguno, simplemente dice que no, y es taxativo. Durante mucho tiempo creímos que lo podíamos convencer, iniciamos una tarea de ablande con su gente, hasta que nos dimos cuenta que nadie le cambia la estrategia al que va ganando, así que desistimos, y cambiamos nuestra posición.

El cambio de postura de Sanz también cambió la posición de Cobos. Antes, el ex vicepresidente de la Nación sólo aceptaba unas PASO dentro de UNEN, una alianza de centroizquierda, pero pragmáticamente se alió a Gerardo Morales y Ricardo Alfonsín, con quienes promovieron las "PASO amplias". Morales tiene un buen diálogo con Massa, tejido a través de Roberto Lavagna, quien fue el candidato a presidente de la UCR cuando el jujeño fue candidato a vice, en el 2007. Y Alfonsín tiene un estrecho vínculo con Francisco De Narváez, que fue el candidato a gobernador en el 2011 en alianza con la UCR.

El histórico operador peronista Juan Carlos Mazzón se reunió con la UCR y el PRO para ayudar al triunfo de Sanz

Para el cobismo se trató de una verdadera evolución, ya que siempre consideró a Morales y a Alfonsín parte de la "rancia burocracia radical", los que reiteradamente le ponen palos a su crecimiento dentro del partido. Entre los tres, que el viernes por la noche dieron una conferencia de prensa juntos en Gualeguaychú, creyeron que podrían torcer los planes de Sanz, por el peso de los más de 70 convencionales de la provincia de Buenos Aires que manejaba Alfonsín. Pero la gente de Sanz fue hablando de a uno con los convencionales bonaerenses y mucho antes de llegar la reunión en el Teatro Municipal estaban convencidos de que tenían la amplia mayoría.

Tuvieron ayuda, claro. El jueves por la noche, el senador radical catamarqueño Oscar Castillo, juntó en el restaurante La Raya al operador político número uno de Macri, Emilio Monzó, con el operador político número uno de Daniel Scioli, Juan Carlos "Chueco" Mazzón. Dicen que Scioli y Macri coinciden en sacar a Massa del ruedo, por eso ayudaron a Sanz.

Como sea, el radicalismo del 2015 parece que está resurgiendo de sus cenizas. Está en condiciones de ganar entre 10 y 16 provincias (Jujuy, Catamarca, La Rioja, Mendoza, Tucumán, Córdoba, Chaco, Santa Fe, Misiones, Entre Ríos, La Pampa, Neuquén, La Pampa, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego) solo o en alianza con el PRO y/o el Frente Renovador. En aquellos casos donde no tiene candidatos competitivos, su estructura política es la base que brinda sostén a figuras de otros partidos de oposición con chances ganadoras.

Seguramente no se lo reconozcan, pero es una estrategia que hace mucho tiempo diseñó el presidente de la UCR, junto a Jesús Rodríguez, Federico Storani y Enrique "Coti" Nosiglia, entre otros. Sanz nunca logró que despegara su candidatura, y ahora obtuvo un respaldo de la convención, cuando todos saben que será Macri el que saldrá victorioso en las PASO. Convenció a sus correligionarios con la zanahoria de que tiene acordado con el líder del PRO un gabinete de coalición, en caso de que gane las presidenciales. Cree que si todo le sale bien, más adelante, la UCR podrá volver a tener un candidato a presidente realmente competitivo. Pero si las elecciones presidenciales del 2015 están lejos, la posibilidad de que el radicalismo vuelva a poner un presidente no es, todavía, siquiera imaginable. Paso a paso, radicales.

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