La moneda brasileña profundizó, este miércoles, su caída frente al dólar y llegó a operarse a 2,9978 reles en el tipo de cambio comercial. En poco más de dos meses de 2015, la divisa norteamericana aumentó más del 12%, desde los 2,6541 reales con los que finalizó el año pasado.
En el mercado de cambios minorista, el dólar se negoció a 3,18 reales para la venta y 3,12 para la compra, según informa Folha de San Pablo.
Las preocupaciones del gobierno brasileño por la salida de dólares de su economía van en aumento. Luego de que se conociera que en febrero el déficit comercial aumentó por encima de las previsiones de los analistas de mercado, el real profundizó su devaluación, en busca de una mayor competitividad cambiaria para la producción del país.
Por otra parte, las denuncias de corrupción en Petrobras que alcanzan a altos funcionarios del gobierno de Dilma Rousseff degradan la fortaleza política de una administración que fue reelegida en octubre pasado, con lo que se apuran los tiempos para intentar reactivar la economía.
El real brasileño acumula una devaluación del 33% en tan solo dos años, lo que equivale a un incremento del dólar norteamericano del 50 por ciento. El 4 de marzo de 2013, la divisa norteamericana cerró a 1,9595 reales en el circuito mayorista.
Este movimiento de la tasa de cambio tiene un claro objetivo, pues en un contexto internacional en el que las divisas del mundo caen respecto del dólar, el gigante sudamericano apunta a aumentar sus ventas hacia EEUU, para transformarlo, en un futuro cercano, en el principal destino de sus exportaciones, tal como lo reconoció su ministro de Comercio, Armando Monteiro.
El real brasileño acumula una devaluación del 33% en tan solo dos años
"Considerando los desafíos de la economía brasileña, en particular la ampliación en los déficits gemelos y la inflación en un contexto recesivo, los analistas consideran que el real continuaría depreciándose", apuntó un reporte de Puente SA. Varios indicadores económicos abonan este concepto: la confianza de los consumidores brasileños cayó 8,1% interanual en febrero, las elevadas tasas de interés se combinan con una aceleración inflacionaria (+1,3% en febrero respecto de enero) y una desaceleración en la creación de empleo, que incrementaron la tasa de desocupación en enero a 5,3%, desde los 4,3% en el mismo mes del 2014.
El apuro en devaluar tiene respuesta en los magros números de la balanza comercial. Brasil tuvo en febrero su mayor déficit comercial para ese mes desde 1980, desde que se tienen registros comparables. Productos brasileños clave para su inserción en los mercados internacionales, como el hierro y la soja, se desplomaron en el último año un 72 y un 36 por ciento, respectivamente, según datos de Reuters.
Además, en 2014 la balanza comercial brasileña marcó su primer déficit en 14 años, de u$s4.220 millones, luego de exportaciones acumuladas en doce meses por u$s225.000 millones e importaciones en torno a u$s229.000 millones, con una caída interanual de 7 y 4,4 por ciento, respectivamente. En tanto, el rojo comercial del primer bimestre del 2015 fue de casi 5.400 millones de dólares.
En ese escenario se destaca el déficit de cuenta corriente de Brasil, que ascendió a u$s10.654 millones en enero, para acumular un rojo u$s90.400 millones en los últimos doce meses. La inversión extranjera directa sumó u$s61.350 millones, un nivel que es insuficiente para cubrir la brecha externa. Por contrapartida, la administración de Rousseff exhibe un elevado nivel de reservas en el Banco Central de Brasil, del orden de 370.000 millones de dólares.
Perjuicio para el comercio bilateral
Frente al decidido sesgo devaluatorio en Brasil, la Argentina es la principal perjudicada, pues el gigante sudamericano es el mayor comprador de productos argentinos y también el que más le vende a nuestro país. Además, "el comercio exterior con Brasil continúa cayendo de la mano de la falta de dinamismo de ambas economías y del endurecimiento de las restricciones a las importaciones de Argentina", según señala Abeceb.com.
El año pasado, la balanza comercial argentina mostró un saldo favorable que se deprimió 16,4% respecto de 2013, a 6.686 millones de dólares. En el 2014 las exportaciones argentinas hacia el Mercosur bajaron el 14 por ciento. Este destino concentra un tercio de las ventas argentinas y es el más importante en materia de comercio exterior
Para Brasil, en 2014 el destino de exportación más afectado también fue el Mercosur, con una reducción de 15,2% en los envíos respecto de 2013, arrastrados por una merma del 27,2% en las exportaciones de autos, autopartes y vehículos de carga a la Argentina.
En 2014 el comercio bilateral con Brasil registró su peor caída desde la crisis de 2009, con una retracción del 14% en las exportaciones hacia el país vecino y un 27,2% en las compras. La pérdida de volumen del comercio bilateral continuó en enero de 2015 (-25,3% interanual) y febrero (-21%), para acumular 17 meses de retroceso.
A diferencia de Brasil, la Argentina sostiene un tipo de cambio en términos relativos bajo frente al dólar, debido a la elevada inflación. En 2015, la divisa norteamericana en el mercado mayorista se incrementó apenas 2,2%, desde los 8,555 a los 8,745 pesos.
En Argentina el alza del dólar oficial en dos años apenas iguala al la inflación
Al tomar los dos últimos años, el dólar en la Argentina avanzó 72,8%, de 5,0593 a 8,745 pesos. Pero, a diferencia de Brasil, cuya inflación anualizada es inferior a un dígito, la inflación acumulada por la Argentina ascendió a 71,7%, según el relevamiento del sitio Inflación Verdadera, por cuanto la devaluación local fue absorbida casi en su totalidad por la escalada de precios. Es decir, mientras la producción brasileña se hizo más barata en términos de dólar, la argentina se estabilizó respecto del dólar y se encareció frente a la competencia brasileña.
Un claro ejemplo del perjuicio que acarrea un real en declive se observa en el rubro automotriz, pues la Argentina envía a Brasil la mitad de los vehículos que produce. Las exportaciones argentinas de automotores concentraron el 58% del total producido de 617.000 unidades el año pasado y Brasil fue el destino del 85% de las ventas externas.
El encarecimiento de los vehículos fabricados en Argentina, junto con la baja de precios de los ensamblados en Brasil, incidieron en la caída de 18% de las exportaciones de autos al país vecino. Según datos de ADEFA, las terminales argentinas exportaron en el acumulado de 2014 unas 358.000 unidades, un 17,4% por debajo del volumen que despachó en todo 2013, de las cuales 303.000 se enviaron al mercado brasileño, que demandó 68.000 vehículos menos que en 2013.