El destacado intelectual francés Erik Orsenna es multifacético. Graduado del prestigioso Institut d'Études Politiques de Paris, se especializó como economista en la London School of Economics. Además de especialista en asuntos agrícolas, es novelista integrante de la Academia francesa. De visita Buenos Aires, invitado por la Alianza Francesa de Buenos Aires, el Institut Français d'Argentine y la Embajada de Francia, disertó sobre la importancia de las materias primas en el desarrollo económico.
"Nací en 1947 y me hice adulto en el momento de la independencia de los países africanos. Me di cuenta rápidamente de que esos países iban a lograr su independencia si sabían administrar las materias primas. Entonces elegí esa especialidad dentro de la economía", explicó en una conferencia Orsenna, quien se desempeñó como consultor cultural del ex presidente socialista François Mitterrand y por sus conocimientos se convirtió en el "señor Café, señor Azúcar y señor Cacao".
De ascendencia cubana y con fuertes vínculos con América Latina, la región también despertó su interés. Consultado por Infobae aseguró que, al igual que África, Latinoamérica es rica en materias primas, con diversidad entre los países, como es el caso de Venezuela con el petróleo, de Chile con el cobre o de la Argentina con la crianza de ganado. Pero aclaró que el problema es que está sumida en profundas desigualdades y que cada vez se expulsa más gente del campo. En ese sentido, apuntó que la "cuestión clave" en la región es la propiedad de la tierra. "Es una contradicción, porque para que sean rentables, los terrenos deben ser de grandes extensiones, pero que sea justo, deben estar repartidos en parcelas menores. La lucha entre los hombres por la tierra continúa como hace cientos de años", consideró.
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Algodón, agua y papel
Los estudios sobre agricultura realizados por Orsenna en los últimos años se centran en el algodón, el agua y el papel, así como la importancia de alcanzar la soberanía alimentaria y el cuidado de las tierras cultivables. "La agricultura es el espejo de la diversidad del mundo", subrayó durante la presentación que ofreció en la sede porteña de la Alianza Francesa.
"Con la investigación sobre el algodón, aprendí realmente cómo funcionaba la economía mundial de la agricultura", sostuvo. De acuerdo con Orsenna, hay una decena de formas de producción y de explotación que son totalmente distintas, pero que tienen que competir en un mismo mercado mundial. "Malí o Burkina Faso tienen campos de explotación familiares, sin ninguna subvención. En Estados Unidos, los productores reciben subsidios monstruosos. En Brasil, en el Mato Grosso, los grandes campos tiene más de 8.000 hectáreas", ejemplificó.
Sobre el papel, Orsenna destacó que es un "símbolo absoluto de modernidad", que sin embargo fue desarrollado por los chinos en el siglo II a.C. "Hizo falta mucho tiempo y el sentido comercial de los italianos para que en el siglo XV se instalaran en Europa los primeros molinos de papel", afirmó y agregó que por la forma en que se producía y comercializaba "el papel es el ancestro de la economía circular".
En tercer lugar, en lo que respecta al agua, el intelectual subrayó que millones de personas no tienen acceso a este recurso escaso en el mundo y lamentó que la falta de agua no se haya ubicada en la lista de prioridades de la mayoría de los gobiernos. "Según mi experiencia, en el 80 por ciento de los casos de escasez de agua, cuando se quiere, se puede solucionar. Pero los problemas del agua no se consideran muy importantes en la jerarquía de necesidades", indicó. Y señaló, como contraejemplo, que en Bangladesh se está desarrollando una variedad de arroz resistente al agua salada como alternativa a la escasez de agua dulce.
"La principal escasez en la agricultura es la tierra cultivable"
Por otro lado, el especialista advirtió que la escasez más alarmante ya no es el agua, si bien en muchas regiones del mundo hay violencia por su falta. "La principal escasez en la agricultura es la tierra cultivable. Ya hay un continente entero, Asia, deficitario en tierras arables, y lo será más aún porque el consumidor cambia y se van a requerir mayores superficies. Las ciudades crecen y también se profundiza la polución de la tierra", consideró.
Orsenna enfatizó en que, para abaratar costos en las crecientes ciudades cada vez se paga menos a los campesinos, lo que genera un círculo vicioso: los campesinos dejan el campo para irse a la ciudad, reforzando la demanda urbana en detrimento de la producción rural. "De los casi 1.000 millones que no comen lo suficiente de acuerdo con su hambre, hay al menos 800 millones que son campesinos", alertó.
La mayoría de quienes no comen lo suficiente son campesinos
Paradójicamente, los gobiernos invierten cada vez menos en los alimentos, "entonces hay precariedad alimentaria". "La cuestión de la agricultura no está solucionada. Va a ser necesario en los próximos 30 años multiplicar la producción agrícola. Todavía tenemos a millones de seres humanos que no comen lo suficiente", aseveró Orsenna, quien participará en representación de Francia en la Exposición Universal de Milán de este año sobre cómo nutrir al planeta.
¿Es la biogenética una posible solución? "Lo es en aspectos particulares como las legumbres, los cereales y los animales. Lo más importante es incorporar las nuevas tecnologías y mejorar el presupuesto alimentario. Después se decide si tomar o no los riesgos. Pero hay gente que rechaza el progreso científico por sus supuestos peligros, como si hubiera alguna actividad humana que no los tuviera", concluyó Orsenna en diálogo con Infobae.