Estados Unidos y Cuba hicieron "progresos" este viernes en la segunda ronda de negociaciones bilaterales de alto nivel, y Washington expresó su esperanza de que las embajadas sean reabiertas antes del 10 de abril, pese a que no se logró formular anuncios concretos.
"Hemos hecho importantes progresos en nuestras discusiones", dijo al fin de la reunión la jefa de la delegación cubana, la diplomática Josefina Vidal, en una frase que minutos más tarde fue repetida casi exactamente por Roberta Jacobson, que encabezó el equipo estadounidense en la reunión.
Las expectativas de que esta segunda ronda de diálogo pueda ser el escenario del anuncio sobre un calendario concreto o hasta de una fecha estimativa para la reapertura de embajadas, se estrellaron contra la persistencia de temas pendientes y que Cuba considera una "prioridad" para poder seguir avanzando.
EEUU y Cuba acordaron "reuniones técnicas" hasta el fin de marzo sobre aviación civil, tráfico de personas y derechos humanos
El tema más candente, como se tornó evidente en los últimos días, es la permanencia de Cuba en la lista del Departamento de Estado sobre países que promueven el terrorismo. El otro es la total carencia de servicios bancarios de la Sección de Intereses de Cuba en Washington.
Vidal aseguró este viernes que Cuba en ningún momento colocó la remoción del país de ese listado como una "precondición" para avanzar en los entendimientos, pero insistió en que el tema era "muy importante, una prioridad para nuestro país", y que debía ser resuelto para que las conversaciones sigan avanzando.
Para los cubanos, dijo Vidal, "sería muy difícil explicar el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con nuestro país (estando) en esa lista".
La diplomática cubana enfatizó que "no hemos establecido una relación directa entre la reapertura de las embajadas y la remoción de Cuba de esa lista. Hemos dicho que es un asunto muy importante que debe ser resuelto en el camino al restablecimiento de las relaciones diplomáticas".
"Podemos hacerlo"
Por su parte, Jacobson admitió la persistencia de temas pendientes y aseguró que Estados Unidos está "trabajando duramente para resolverlos en las próximas semanas", y por ello opinó: "podemos hacerlo a tiempo para la Cumbre de las Américas", que se realizará en Panamá el 10 y 11 de abril.
Los líderes de los dos países, Barack Obama y Raúl Castro, tienen previsto acudir a esta cita internacional, una oportunidad sin precedentes para un eventual encuentro y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
De acuerdo con Jacobson, en algunos temas "serán necesarias más discusiones".
"Tendremos que llevar algunos aspectos de retorno a nuestros jefes", en especial por interpretaciones divergentes de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, dijo.
Algunos de los aspectos en discusión, aseguró, "están cerca de una resolución", pero no abundó en detalles.
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Entre los "progresos" alcanzados, señaló Jacobson, las partes acordaron "reuniones técnicas" hasta el fin de marzo sobre temas como aviación civil, tráfico de personas y derechos humanos.
Aunque las dos partes no hayan fijado la fecha para una nueva reunión, dijo Jacobson, "encuentros como el de hoy solidifican la importancia de la diplomacia cara a cara. Es por eso que los dos queremos embajadas. Quedé impresionada con la seriedad y con la franqueza de las conversaciones".
Camino largo y sinuoso
Los dos países rompieron sus relaciones en 1961, pero desde 1977 mantienen Oficinas de Interés en las dos capitales, bajo protección de las embajadas de Suiza.
Pero si bien el restablecimiento de los nexos diplomáticos parece una tarea limitada a acuerdos sobre cuestiones prácticas y de logística, ambos países han dejado claro su convicción de que la normalización completa de los lazos bilaterales será un proceso mucho más largo y complicado.
Para el analista Marc Hanson, de Washington Office in Latin America (WOLA), la jornada fue al mismo "frustrante" por la falta de anuncios concretos sobre los próximos pasos, y "responsable", por la forma en que los dos equipos han tratado la marcha de las conversaciones.
"Veo que los negociadores están haciendo un buen trabajo. Las dos partes mantienen el optimismo sobre el proceso peor sin apresar los resultados. Es la forma responsable de actuar", dijo Hanson a AFP.
"Es frustrante porque todos queremos ver progresos, queremos ver las embajadas reabiertas. Pero es claro que existen muchas razones para que estas negociaciones sean lentas", comentó.
En opinión de Hanson, los apremios de agenda para mostrar resultados ante la Cumbre de las Américas "es algo positivo porque representa una fuerte presión a la máquina burocrática de los dos lados. Dejar el proceso con un final abierto tornaría todo el mecanismo menos serio".