Indígenas y campesinos guatemaltecos bloquearon este lunes 15 carreteras del país por nueve horas para exigir la nacionalización de la energía eléctrica, entre otras demandas, informaron los organizadores de las protestas y la policía.
Los manifestantes acusan principalmente a la empresa Energuate, de la firma británica Actis, de "cobros exagerados" por el servicio, sobre todo en comunidades pobres en el altiplano occidental, señaló en un comunicado el Comité de Desarrollo Campesino (CODECA), una de las organizadoras de las movilizaciones.
Después de nueve horas, los manifestantes levantaron los bloqueos y liberaron el paso, dijo el representante de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (CNOC), Rafael Chanchavac.
"Exigimos la nacionalización de la energía eléctrica" y "Fuera Energuate" fueron las principales consignas de las protestas. Los dirigentes de los grupos campesinos dijeron que esperan ser atendidos por el presidente de Guatemala, Otto Pérez, para elevar su demanda de nacionalizar el servicio de energía eléctrica.
LEA MÁS: Las extorsiones aumentaron un 21% en Guatemala
LEA MÁS: Honduras y Guatemala crearán una fuerza conjunta para combatir el crimen fronterizo
Según la Policía Nacional Civil, las protestas interrumpieron el paso de vehículos en los departamentos de Santa Rosa, Retalhuleu, Escuintla, Suchitepéquez (sur), Sololá, San Marcos, Totonicapán (oeste), Alta Verapaz, Baja Verapaz, Izabal, Petén (norte) y El Progreso (este).
Los manifestantes aprovecharon las protestas para rechazar una propuesta del Ejecutivo de rebajar el salario mínimo en algunos municipios para fomentar el crecimiento de empresas, y también demandaron el cese de la actividad minera al argumentar que esa industria genera daños al medio ambiente.
En los últimos años las protestas por la nacionalización de la energía eléctrica han sido recurrentes en Guatemala.
El 4 de octubre del 2012, vecinos del departamento occidental de Totonicapán se manifestaron pacíficamente contra el alto costo del servicio eléctrico, pero el ejército disolvió violentamente el movimiento, dejando un saldo de seis indígenas muertos.