La familia de Saman Naseem, quien tiene 22 años, recibió información fidedigna que afirmaba que el joven sería ejecutado este 19 de febrero. Amnistía Internacional tiene entendido que las autoridades impidieron al abogado de Saman Naseem ocuparse del caso y que no permitieron a éste buscarse otro.
Saman Naseem es un joven iraní que fue condenado a muerte por delitos que presuntamente cometió cuando tenía 17 años. Es por ese motivo que fue sometido a un juicio injusto.
Un tribunal penal de Mahabad, en la provincia de Azerbaiyán Occidental, condenó a Saman Naseem a muerte en abril de 2013 por "enemistad con Dios" (moharebeh) y "corrupción en la tierra" (ifsad fil-arz), debido a su pertenencia a un grupo armado de oposición kurdo, el Partido por una Vida Libre en Kurdistán (PJAK), y por participar en actividades armadas contra la Guardia Revolucionaria. El Tribunal Supremo confirmó su condena a muerte en diciembre de 2013.
Según la documentación judicial, en la fase de investigación preliminar Saman Naseem reconoció que había disparado contra la Guardia Revolucionaria en julio de 2011. Se retractó de esta declaración durante la primera sesión del juicio, señalando que sólo había disparado al aire y que no conocía el contenido de las "confesiones" escritas que le obligaron a firmar, ya que lo tuvieron con los ojos vendados durante el interrogatorio. No se le permitió el acceso a su abogado durante la fase e investigación preliminar y afirma que lo torturaron teniéndolo mucho tiempo colgado boca abajo.
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El comunicado de Amnistía Internacional
A las 17.30 horas (GMT) del 19 de febrero, la Oficina de Aplicación de Condenas de Irán no había ejecutado aún a Saman Naseem. Sin embargo, había sido trasladado a otro lugar, que no se ha dado a conocer, lo que despertó el temor de que pueda ser ejecutado en secreto. Las autoridades se han negado a facilitar a su familia información sobre su suerte y su paradero.
"La tortura comenzó tan pronto como entré en la celda. [...] Una pequeña habitación de dos metros de largo y 50 centímetros de ancho, con un pequeño inodoro y una cámara que vigila todos mis movimientos. Fui torturado desde que me detuvieron, me colgaron de las manos y los pies durante horas, me vendaron los ojos, me dijeron que habían detenido a mi familia... [...] Todo para conseguir una confesión. Me dijeron que me enterrarían con una excavadora, como a mis amigos, y que cubrirían mi tumba con cemento. [...] El juicio fue solo un espectáculo, ni siquiera permitieron a mi abogado defenderme. Incluso el presidente del tribunal me amenazó varias veces con palizas. [...] Me sentenciaron a muerte en 2013, puedo ser ejecutado en cualquier momento".
"La tortura comenzó tan pronto como entré en la celda"
No es el guión de ninguna película. Son fragmentos de una carta que Saman Naseem, de 22 años de edad, escribió desde una prisión en Irán, donde está condenado a muerte por delitos que presuntamente cometió cuando tenía 17 años.
Saman Naseem fue detenido el 17 de julio de 2011, tras un tiroteo entre la Guardia Revolucionaria de Irán y el Partido por una Vida Libre en Kurdistán (PJAK) en la ciudad de Sardasht, provincia de Azerbaiyán Occidental. Se dice que durante el tiroteo murió un miembro de la Guardia Revolucionaria y resultaron heridos tres más. En septiembre del mismo año, Saman Naseem fue obligado a hacer una "confesión" grabada, que se emitió luego en la televisión pública. Dijo al tribunal que los interrogadores le habían obligado a poner las huellas dactilares en unas "confesiones" cuyo contenido ignoraba. Denunció también que los interrogadores le habían arrancado uñas de los pies y las manos y le habían propinado palizas, que le habían producido contusiones en la espalda, las piernas y el abdomen. El tribunal hizo caso omiso de estas declaraciones y admitió la "confesión".
"El juicio fue solo un espectáculo, ni siquiera permitieron a mi abogado defenderme"
Fue condenado a muerte en abril de 2013 por "enemistad con Dios" (moharebeh) y "corrupción en la tierra" (ifsad fil-arz), debido a su pertenencia al PJAK y por participar en actividades armadas contra la Guardia Revolucionaria. El Tribunal Supremo confirmó su condena a muerte en diciembre de 2013. A su familia le dieron el 19 de febrero como fecha de ejecución.
El uso de la pena de muerte contra personas menores de 18 años en el momento del presunto delito está terminantemente prohibido por el derecho internacional, como por ejemplo, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención sobre los Derechos del Niño, tratados que Irán ha ratificado. Irán es uno de los países que más ejecuciones lleva a cabo cada año. Si no lo impedimos, Saman Naseem podría pasar a formar parte de esas terribles estadísticas.