El régimen iraní no detiene su ola de ejecuciones. Desde el último sábado al menos 30 personas fueron ahorcadas en las cárceles de todo el país, según consigna el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán.
Una de las víctimas fue un hombre de 60 años que pasó los últimos 20 años en prisión.
El sábado pasado fueron ahorcados en la prisión de Chahbahar dos presos, mientras que un tercero fue enviado a la horca en la ciudad de Rasht, al norte del país.
El domingo, en tanto, otros cuatro fueron ejecutados en las cárceles de Adel Abbad, en Shiraz, y Kerman Shahab.
El día de más ejecuciones fue el lunes, cuando fueron enviadas a la horca 14 personas en las ciudades de Bam, Uromiyeh y Bandar Abbas. De ese grupo, seis fueron ahorcados en la ciudad de Bam, al sur de Irán.
Otros cinco –tres residentes de la provincia del Kurdistán y dos de Azerbaiyán- recibieron ejecución en la prisión de Darya, en Uromiyeh. Una de esas víctimas es un hombre de 60 años, que pasó los últimos 20 detenido.
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El martes, por su parte, un grupo de seis presos fueron ahorcados en la prisión Gohardasht de Karaj. Otro prisionero fue ahorcado en Shiraz en el mismo día.
Ese mismo día, tres hombres desfilaron humillados en público por la ciudad de Mashhad, sin haber sido acusados o condenados.