El enviado especial de la ONU para el conflicto en Libia, Bernardino León, instó este martes a los libios a recuperar los objetivos de la revolución que iniciaron hace cuatro años y aparcar las diferencias para construir un Estado nuevo, unido y democrático.
En una carta con motivo de la conmemoración este martes del cuarto aniversario del alzamiento que acabó con el régimen dictatorial de Muammar Khadafi, León exhortó a los dos gobiernos rivales a aprovechar la nueva ronda de diálogo -prevista para la próxima semana en el oasis de Ghadamés- para poner fin al conflicto fratricida que ensangrenta el país y avanzar hacia la formación de un gobierno de unidad nacional.
"Los libios nunca creyeron que cuatro años después de la revolución estarían luchando entre ellos o contra esos grupos terroristas que sacan provecho del caos y cometen crímenes abyectos", afirmó León en alusión a la guerra civil y a los grupos yihadistas afines al Estado Islámico, que han asumido el control de algunas poblaciones del país.
"El diálogo se ha ganado su oportunidad en las últimas semanas. Con determinación y perseverancia, Libia sigue teniendo la opción superar la guerra, derrotar el terrorismo y recuperar el camino", subrayó.
Al hilo de este argumento, el diplomático aseguró que las dos partes "están de acuerdo en que quieren una nación unida y una solución política lo antes posible que garantice el fin del derramamiento de sangre y del sufrimiento".
"Es vuestra oportunidad de lograr un acuerdo en cuestiones de seguridad para poner fin a la guerra y lograr la retirada de los grupos armados para que el estado pueda recuperar el control de las instalaciones vitales", apostilló.
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El 17 de febrero de 2011, y al socaire de las revoluciones en los vecinos Túnez y Egipto, grupos de oposición a Khadafi se levantaron en la ciudad de Bengasi, la segunda en importancia del país.
Tras meses de protestas, combates y represalias, la revolución triunfó gracias a la intervención de la OTAN, que bombardeó a las fuerzas del dictador cuando comenzaban a recuperar parte del terreno perdido.
Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil
Cuatro años después, y con el coronel linchado y asesinado, Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, en el que dos gobiernos, uno rebelde en Trípoli y otro exiliado e internacionalmente reconocido en Toubruk, luchan por el poder y el control de los recursos naturales.
A la vera de cada uno de ellos combaten milicias islamistas, ex oficiales Khadafistas, líderes tribales y señores de la guerra dedicados al tráfico ilegal de armas, drogas, personas y petróleo, mientras grupos yihadistas afincados en el Sahel o vinculados al Estado Islámico aprovechan la ausencia del Estado para infiltrarse en el país y avanzar desde el sureste.