Según una investigación publicada este domingo por el diario español El Mundo, José Ignacio de Juana Chaos, considerado uno de los miembros más recalcitrantes de ETA, sería el propietario de una licorería en el norte del país, en la localidad de Chichiriviche, uno de los lugares más paradisíacos del Caribe.
Amparado por el régimen chavista, también formalizó su documentación y la de su mujer, y ha dejado de utilizar nombres falsos. En mayo de 2014, imágenes publicadas por el medio español Antena 3 también lo mostraron en el estado de Anzoátegui haciendo compras junto a su mujer e hijo en un centro comercial.
En Venezuela formalizó su documentación y ha dejado de utilizar nombres falsos
En esta ocasión, se lo puede ver en la puerta de su negocio en una actitud relajada, y lejos del semblante famélico que supo mostrar en noviembre de 2006, cuando protagonizó una huelga de hambre como protesta contra una segunda condena en su contra dictada por la justicia española.
El camino hasta Venezuela
De Juana Chaos fue detenido en 1987 y condenado por la Justicia española a más de 3.000 años de cárcel por 25 asesinatos cometidos en 11 atentados terroristas en los años 80, los más duros del llamado comando Madrid, al que pertenecía.
En 2006 protagonizó una huelga de hambre en prisión. Ante el riesgo que corría su vida, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero decidió enviarlo a un hospital del País Vasco durante el malogrado proceso de diálogo con ETA, desatando la polémica en España.
Europa Press detalla que su actual mujer, Irati Aranzabal, es la joven que iba a visitarlo al hospital y con la que fue sorprendido en la ducha durante esa supuesta huelga de hambre con la que en 2006 consiguió la libertad.
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Posteriormente el etarra ingresó de nuevo en prisión, de la que salió el 2 de agosto de 2008, tras cumplir 21 años de condena. Ese día, en un acto en su honor celebrado en el País Vasco, se leyó una carta con su firma que contenía expresiones que según la Justicia española podían constituir un delito de enaltecimiento del terrorismo, penado con hasta dos años de prisión. Cuando la Justicia lo reclamó, había salido ya de España.
El etarra viajó a Venezuela para evitar ser extraditado por los tribunales de Irlanda del Norte. De hecho, en enero del año pasado, La Razón publicó que un empresario español había denunciado a Interpol y al Consulado español en Puerto La Cruz (Venezuela) que a finales de diciembre de 2012 se había cruzado con el etarra en un centro comercial de Lechería, ciudad caribeña situada en el estado de Anzoátegui. Allí fue registrado por la cámaras de Antena 3.