Una cabeza con un cigarrillo entre los labios fue hallada el pasado mes de enero en la ciudad siria de Al Madeen, de acuerdo con información del periódico Los Angeles Times, que a su vez citó datos del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Una inscripción en el cadáver rezaba: "No está permitido, Sheikh".
Aunque la religión islámica permite fumar, los yihadistas de ISIS se apegan a una estricta y forzada interpretación del Corán, y prohíben el consumo de alcohol y tabaco.
Según la sharia, estas actividades se consideran lentas formas de suicidio.
En 2014, el ISIS publicó varios videos en los que sus milcianos quemaban montañas de paquetes de cigarrillos y bebidas alcohólicas.
Según los datos de la Organización Mudial de Salud, el 50% de los hombres y el 10% de las mujeres en Siria fuman.
Desde la avanzada de ISIS, varias ciudades cerraron muchos cafés y restaurantes que ofrecían narguile, muy popular en la región.
El pasado mes de diciembre, el Estado Islámico publicó su propio Código Penal, que castiga duramente acciones como la sodomía o la blasfemia, con penas que incluyen la ejecución, la crucifixión, el amarre y la separación de extremidades.
El país gobernado por Bashar al Assad, que desde el 2011 atraviesa un proceso de guerra civil, ha sido junto con Irak, escenario de una avanzada del grupo yihadista. Desde hace algunos meses, una coalición internacional liderada por los Estados Unidos viene desarrollando ataques aéreos en las regiones dominadas por ISIS.