Uno de los sirios liberados de Guantánamo llegó a la Argentina y pide refugio para presos

Jihad Ahmad Diyab viajó de Uruguay a Buenos Aires para solicitar que Cristina Kirchner acepte recibir a otras personas que aún están en la cárcel norteamericana. "Vine acá para luchar", aseguró

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De manera sorpresiva, uno de los seis presos liberados de Guantánamo que son refugiados por Uruguay viajó a la Argentina para solicitar al gobierno nacional que acepte recibir a los musulmanes que los Estados Unidos contemplan dejar libres en los próximos meses.

"Nunca voy a olvidar los compañeros que están allá y por eso es que vine para acá para luchar", explicó Jihad Ahmad Diyab, en el reportaje que concedió a través de un traductor a distintos medios de la izquierda local como la Radio Madre (señal de las Madres de Plaza de Mayo), Barricada TV, Resumen Latinoamericano y Radio Gráfica.

Diyab explicó que el objetivo de su viaje es lograr la ayuda del Estado nacional para el reclamo que llevan adelante por sus compañeros que aún están detenidos en esa prisión. "Por ejemplo, el gobierno argentino puede recibir presos de Guantánamo acá de forma humanitaria", sugirió.

El ciudadano sirio nacido en El Líbano está acusado de haber sido parte de la organización Al Qaeda desde 1990. También fue señalado como integrante del llamado Grupo de Siria, compuesto por células terroristas desmanteladas que se dispersaron en Afganistán en el año 2000.

"Nunca voy a olvidar los compañeros que están allá y por eso es que vine para acá para luchar"

Su llegada a la Argentina se produce en un momento de gran sensibilidad. Luego de la muerte del fiscal Alberto Nisman, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) expresó este miércoles su preocupación por la posibilidad de que se produzca un nuevo ataque islámico en la Argentina, ya que un misil TOW 2 y 130 fusiles FAL fueran robados al Ejército nacional. Esta semana, el gobierno uruguayo también reconoció su inquietud y pidió una protección especial para la comunidad judía.

Diyab no dio mayores detalles acerca de si ya tiene programadas reuniones con algún funcionario del gobierno de Cristina Kirchner. Tampoco dio precisiones acerca de si ya existieron contactos previos para sondear la posibilidad de que Argentina reciba a liberados de Guantánamo. Su desembarco se produjo en el mayor de los secretos. Por el momento no se sabe si aún permanece en el país o ya regresó a Uruguay, donde el gobierno de José Mujica le da asilo desde fines del año pasado.

Los periodistas le preguntaron por qué tanto él como el resto de los liberados no vuelven a su país de origen. El ex preso explicó que, al menos por el momento, eso es imposible: "En Siria la situación no está estable, nadie vuelve a Siria ahora. En Túnez, el gobierno estadounidense rechazó que Túnez reciba al tunecino y en Palestina ustedes saben, no hay posibilidad".

En el reportaje, defendió además su decisión de venir al país para pedir por sus compañeros: "Yo antes de salir de Guantánamo estaba en un lugar donde tenía la comida forzada. Es un tubo que pasaba por la nariz para forzarme a comer. Ahí hablé con un compañero de Yemén que me dijo: 'Cuando salgas no nos olvides'. Y bueno, yo me emocioné mucho".

"Todo el mundo sabe que somos inocentes, que somos víctimas de la política agresiva estadounidense. Otras declaraciones dicen que los que tienen acusaciones son menos de cinco personas y la mayoría somos inocentes. Si se fijan en las carpetas de los presos en Guantánamo, se van a dar cuenta que muchos son docentes, otros son empleados de asociaciones caritativas", argumentó.

 AFP 163
AFP 163

El entrevistado se presentó al reportaje vestido con el mismo traje naranja que era obligado a utilizar en la cárcel. Consultado por esa decisión, explicó: "Esta ropa es parte de mí. Antes de salir me dijeron que me cambie y me vista con un traje marrón. Yo me lo puse encima de éste porque es simbólico y muy importante para mí. Los estadounidenses usaban este uniforme para aterrorizar al mundo entero. Y gracias a Dios se dio vuelta eso".

Diyab reconoció su alegría por haber recuperado la libertad a fines del año pasado, aunque aclaró: "Para mí el gobierno (de los Estados Unidos) ya admitió que somos inocentes, que merecemos salir, que no hicimos nada. Pero también porque yo con mis compañeros luchamos mucho para esta liberación. Hay mucha gente que sufrió que dio mucho para nuestra liberación".

El año pasado, el gobierno de Mujica acordó con Barack Obama recibir a seis presos liberados de la cárcel Guantánamo luego de que pasaran 12 años detenidos en ese lugar. Junto a Diyab llegaron los sirios Ahmed Adnan Ahjam, Ali Hussain Shaabaan y Omar Mahmoud Faraj, además del tunecino Abdul Bin Mohammed Abis Ourgy y el palestino Mohammed Tahanmatan.

El traslado de los presos de Guantánamo a Uruguay fue la primera operación de ese tipo realizada en un país sudamericano y la segunda en toda Latinoamérica: en 2012, el Salvador aceptó recibir como refugiados a dos presos uigures que luego abandonaron el país. Ya en su momento, Mujica había advertido que él tampoco pondría ninguna traba para que los ex detenidos dejaran su país.

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