Las autoridades del estado mexicano de Guerrero emitieron este viernes una orden de localización y presentación del dueño del crematorio de Acapulco donde la noche del jueves fueron encontrados 61 cuerpos embalsamados.
El objetivo es que Guillermo Estua Zardain declare en torno a lo sucedido en el crematorio, ubicado en la carretera Cayaco-Puerto Marqués y cerrado hace más de un año, afirmó Godínez, quien reconoció que aún no hay "elementos suficientes para inculpar a una persona".
"Estamos investigando" y es prematuro adelantar una conclusión, apuntó el funcionario, si bien consideró posible un "delito de fraude por parte del propietario hacia los deudos o familiares de los cuerpos encontrados".
Apuntó que hasta ahora "no hay indicios de delincuencia organizada" detrás del hallazgo, y añadió que a simple vista no parece que entre los 60 cadáveres haya personas fallecidas recientemente, aunque eso es algo que tienen que determinar los peritos.
Por su parte, el director de Servicios Periciales, Manuel Martínez Hernández, estimó que por las condiciones que presentan los cuerpos, las víctimas fallecieron hace aproximadamente unos seis meses.
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Sin embargo, dijo que eso lo sabrán con precisión en uno o dos días, cuando los peritos terminen los estudios para establecer "la edad probable, el sexo y el tiempo de muerte".
Entre los cadáveres había "mujeres, hombres y niños" y estaban "preparados para su cremación", dijo la Fiscalía en un comunicado, que abrió una investigación "por la posible comisión de los delitos contra el respeto a los cadáveres o restos humanos, y contra las normas de inhumación y exhumación".
"Al no haber cremado los cadáveres, se incumplieron con las normas sanitarias de carácter federal, estatal y municipal", aseguró.
Los cuerpos fueron encontrados la noche del jueves tras una llamada de los vecinos, quienes detectaron el olor fétido producido por los cadáveres.